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EL HISTORIADOR - Gaceta histórica
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La Gaceta histórica

“Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no sólo darles nueva forma, sino aun atraer las del extranjero para ejecutar lo mismo. Y después venderlas.”

Así se manifestaba Manuel Belgrano en su Memoria al Consulado 1802, quien más tarde también expresaría la necesidad de fomentar el mercado interno: “El amor a la patria y nuestras obligaciones exigen de nosotros que dirijamos nuestros cuidados y erogaciones a los objetos importantes de la agricultura e industria por medio del comercio interno… Sólo el comercio interno es capaz de proporcionar ese valor a los predichos objetos, aumentando los capitales  y con ellos el fondo de la Nación…”.

Se quejaba también de los comerciantes monopolistas que posponían los intereses del bien común para enriquecerse: “No puedo decir bastante mi sorpresa cuando conocí los hombres del Consulado. Eran comerciantes españoles que nada sabían más que comprar por cuatro para vender con toda seguridad a ocho. Mi ánimo se abatió… Sin embargo, me propuse echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos.”

Belgrano, se sabe, murió en la más absoluta pobreza sin ver madurar los frutos de aquello por lo que peleó durante toda su vida y con su patria inmersa en la más terrible anarquía, que llegó a tener aquel 20 de junio de 1820 tres gobernadores distintos.

Dedicamos esta Gaceta a su memoria con el deseo de que más temprano que tarde “sus semillas sean capaces de dar frutos”.

Queremos agradecer al apoyo de nuestros auspiciantes. El laboratorio GADOR, el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva y el Banco CREDICOOP apuestan al desarrollo de contenidos y nos permiten generar y concretar nuevos proyectos.
Agradecemos, como siempre, a nuestros lectores, que con preguntas y comentarios nos ayudan a crecer y a mejorar nuestra página.

Felipe Pigna
Infografía - Manuel Belgrano - 20 de junio de 1820

Sobre nuestra página

El Historiador contiene infografías temáticas donde se desarrollan diversos temas (25 de Mayo, la Independencia, el 12 de octubre, el día de la tradición, Manuel Belgrano, José de San Martín y Domingo Sarmiento, 24 de marzo y Guerra de Malvinas) y una cronología multimedia animada que recorre la historia del país y del mundo entre 1776 y 2010, con fotos, mapas, videos, audios y fragmentos musicales. Constituye un paseo ágil y ameno a lo largo de más de doscientos años de historia. El Historiador también incluye una lista de los gobiernos y gabinetes del territorio nacional desde la fundación del virreinato del Río de la Plata hasta 2010, e información sobre instituciones terciarias y universitarias para estudiar historia.

La Galería del Bicentenario propone un recorrido por la historia del país, entre 1810 y 2010, a través de pinturas, ilustraciones y fotografías. Las secciones Publicidades y Humor histórico constituyen nuevas perspectivas para abordar la historia a lo largo del siglo XX. Pueden consultarse también las secciones de biografías, entrevistas, audios, filmografía, artículos, documentos, efemérides y  estadísticas poblacionales. La sección La frase del día contiene frases relacionadas con las efemérides de cada día con una breve explicación del contexto en el que fueron articuladas. La página además ofrece un servicio gratuito de respuesta sobre temas relacionados con la historia del país.

El Historiador tiene su registro ISSN (International  Standard Serial Number), otorgado por el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT), un organismo creado por el CONICET para brindar servicios sobre información y documentación científica y tecnológica.

En el 2010, El Historiador obtuvo el premio Mate.ar de plata en la categoría “arte y cultura”, un reconocimiento a todo el trabajo que venimos realizando desde hace ya varios años.

ÍNDICE

· Efemérides de junio
· El rescate
· Noticias
· Difusión
· Lanzamiento de libros
· Staff
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Próximamente, disponible a la venta, el nuevo libro de Felipe Pigna. EVITA, Jirones de su vida.

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20 DE JUNIO

En esta entrega de Historias de nuestra historia, colección pensada escrita y dirigida por Felipe Pigna, te mostramos y contamos la vida y la obra de Manuel Belgrano.

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Efemérides

» Las destacadas del mes

3 de junio de 1770
Nace en Buenos Aires Manuel Belgrano.

4 de junio de 1943
El general de brigada Arturo Rawson asume la presidencia, tras un golpe de estado.

6 de junio de 1808
José Bonaparte es proclamado rey de España.

7 de junio de 1494
España y Portugal firman el tratado de Tordesillas.

7 de junio de 1810
Aparece en Buenos Aires la Gazeta de Buenos Ayres, primer órgano de prensa de las ideas patrióticas.

11 de junio de 1580
Juan de Garay refunda la ciudad de Buenos Aires.

12 de junio de 1956
El general Juan José Valle es fusilado, tras encabezar el frustrado levantamiento del 9 de junio contra el gobierno del general Pedro Eugenio Aramburu.

14 de junio de 1928
Nace Ernesto “Che” Guevara.

16 de junio de 1955
La Marina bombardea la Plaza de Mayo. Por la noche, partidarios peronistas incendian iglesias católicas.

16 de junio de 1923
Kurt Wilckens es baleado en su celda en Buenos Aires.

17 de junio de 1821
Muere el general Martín Miguel de Güemes.

18 de junio de 1815
Napoleón es derrotado completamente en la Batalla de Waterloo.

19 de junio de 1764
Nace en Sauce, Canelones, República Oriental del Uruguay, José Gervasio de Artigas.

19 de junio de 1884
Muere en Nuilly-sur-Seine, Francia, el doctor Juan Bautista Alberdi.

20 de junio de 1820
Muere Manuel Belgrano. Día de la Bandera.

20 de junio de 1973
Masacre de Ezeiza.

21 de junio de 1918
Se publica en Córdoba el Manifiesto Liminar, con los reclamos de estudiantes universitarios que conducirían a la Reforma Universitaria.

27 de junio 1806
Primera invasión inglesa.

28 de junio 1807
Desembarco inglés.

28 de junio 1914
Asesinan en Sarajevo al Archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del imperio Austro-Húngaro, y a su mujer Sofía Chotek.

28 de junio 1919
Tratado de Versalles.

29 de junio 1966
El presidente Arturo Illia es derrocado.

30 de junio 1969
El sindicalista argentino Augusto Vandor es asesinado en la sede de la UOM (Unión Obrera Metalúrgica).

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El Rescate

Esta sección está destinada al rescate de documentos históricos trascendentes tanto para la investigación histórica como para el estímulo de la reflexión presente. El material seleccionado –cartas, artículos, entrevistas– se encuentra en sintonía con algunas de las más destacadas efemérides del mes.

Tomás Guido y la usurpación de las Islas Malvinas

Acercándose el final de la guerra independentista en el territorio de las nuevas provincias unidas, el 6 de noviembre de 1820, el recién asumido gobierno bonaerense de Martín Rodríguez tomó posesión de las Islas Malvinas. Casi nueve años más tarde, el 10 de junio de 1829, exactamente 59 años después de que el gobernador español ordenara el desalojo de los invasores británicos de las Islas Malvinas, la gobernación organizó por decreto su comandancia militar.

La decisión establecía que tanto las Malvinas como las islas adyacentes al Cabo de Hornos serían regidas por un comandante político y militar, que haría observar en las islas las leyes de la República. El gobernador fue Luis Vernet, un comerciante nacido en Hamburgo que partió con una veintena de colonos ingleses y alemanes, y un derecho para usufructuar el ganado de las islas, otorgado por una vieja deuda.

La caza de ballenas era la actividad central y en torno al derecho de su práctica, en 1831, surgió un conflicto militar con Estados Unidos, que negaba a las Provincias Unidas el derecho a reglamentar dicha pesca. Intromisión de la diplomacia británica de por medio, la marina estadounidense invadió las islas.

En septiembre de 1832, zarpó desde Buenos Aires el buque de guerra Sarandí, al mando de José María Pinedo. Llevaba al nuevo gobernador interino, sargento mayor de artillería Esteban Mestivier, con instrucciones de restablecer el orden. Llegaron a las islas el 1º de octubre de 1832 y cumplieron su misión, pero sólo temporalmente. Apenas algunos meses más tarde, el 2 de enero de 1833, una fragata inglesa ocupó las islas. Desde entonces, el país reclama su soberanía por los carriles de la negociación, exceptuando la guerra de 1982.

En esta oportunidad, en el día de la afirmación de los derechos argentinos sobre las islas del Atlántico Sur, a raíz de la fecha en que se designó por primera vez un gobernador argentino en las Islas Malvinas, reproducimos una carta de Tomás Guido enviada pocos días después de producirse la invasión británica de 1833.

Guido, protagonista de la gesta patriótica de 1810, quien participó de la campaña libertadora de Chile y fuera más tarde edecán de San Martín, no sólo se refiere en esta carta a los derechos de soberanía de la Argentina sobre las Islas Malvinas; también señala los motivos que impulsaron a Gran Bretaña a usurpar nuestro territorio: “apoderarse de un punto de observación importante sobre el segundo canal para el comercio del mundo con los establecimientos de la India y con la Gran China” y “tomar las llaves de los mares del Sur para hacerse señora del comercio del Pacífico”.

Además, con aguda visión de futuro, Guido acierta en su pronóstico del lugar que ocuparía el comercio de Gran Bretaña en esta región cincuenta años después de los sucesos de 1833.

Fuente: Ricardo R. Caillet-Bois, Las Islas Malvinas, una tierra argentina, Ensayo basado en una nueva y desconocida documentación, Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1952, pág. 412-415.

Carta de Tomás Guido al general Enrique Martínez indicándole cuál debe ser, a su juicio, la actitud del país con Inglaterra

Señor doctor Enrique Martínez

Buenos Aires, enero 21 de 1833

Mi apreciado amigo:

Después de los detalles que he dado a usted anoche para fundar mis opiniones sobre la cuestión de las Islas Malvinas, es excusado repetirle hasta qué punto participo del pesar de ver humillada a nuestra Patria por la preponderancia de un poder con que no podemos combatir con suceso; pero las pasiones individuales, y un entusiasmo irreflexivo jamás deben reglar la conducta de un hombre de Estado. Qué es lo que debe hacerse de acuerdo con el decoro nacional y con los medios que poseemos es lo único que ha de resolverse por una razón tranquila y desembarazada, para no dejarse arrastrar ni por los ímpetus del propio amor ofendido, ni correr el riesgo de estrellarse en escollos insuperables. Juzgando de este modo señalaré a usted francamente el rumbo que, me parece, debe seguirse para hacer sentir a la Inglaterra nuestros agravios y nuestros derechos, después de la violenta ocupación de las islas por las fuerzas de Su Majestad Británica.

Necesario es sentar por principio que desde que hemos sostenido ante el gobierno de Estados Unidos nuestros derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas no podemos declinar sin desdoro nuestra pretensión, sea cual fuere la nación que quisiese disputarnos aquel dominio; en este sentido debemos negar a la Inglaterra el derecho de ocupar las islas, y calificar el acto de la posesión última como por la guarnición de la Clío, como una usurpación apoyada meramente en la fuerza. La fórmula usual en semejantes casos es una protesta solemne por el órgano de nuestro ministro en la Corte de Londres.

La soberanía que constantemente ha reclamado la España sobre las Malvinas, el reconocimiento que la Francia hizo de este derecho cuando adhirió a que la Compañía de San Malón desalojase aquel territorio, y vendiese al monarca español su establecimiento, la real orden de 4 de abril de 1774, de la que se deduce claramente que la Inglaterra abandonaba sus pretendidos derechos sobre las islas, la última convención del año 90 entre reyes de España a Inglaterra para la cual a nación alguna era permitido pescar a menor distancia que la de diez leguas de la costa, sin permiso previo del gobierno español, pueden servir de base de la protesta con todas las consecuencias e incidentes que derivan de esos  hechos anteriores; porque nuestro derecho es una emanación natural de los de la metrópoli retrovertidos a la república argentina en virtud de la emancipación política.

La posesión, la existencia de nuestro pabellón, la de nuestras tropas y de nuestros colonos en dichas islas es otro de los argumentos inexcusables en apoyo de la queja por el ultraje que se ha causado a la nación.

Pero, ¿la protesta es suficiente por sí sola para producir la restitución?.... De ningún modo. Tenemos que suponer que la Inglaterra ha sido impulsada a este paso por vastas miras de un inmenso interés; y éstas son cabalmente las que a la república le conviene balancear y cruzar. Para lograrlo, debemos reflexionar primero cuáles son los objetos que el rey de la Gran Bretaña haya tenido en vista para la ocupación de las islas, y cuáles las naciones que puedan ser perjudicadas en la ejecución de aquel plan. Si no me equivoco, dos son los motivos primordiales de aquella conducta; el primero: apoderarse de un punto de observación importante sobre el segundo canal para el comercio del mundo con los establecimientos de la India, y con la Gran China. Esta situación facilita a la Inglaterra una ventaja decisiva sobre las demás naciones después de ser dueña como lo es del Cabo de Buena Esperanza. Colocada sobre estas dos atalayas, la Inglaterra será la árbitra de cortar de un golpe este valioso tráfico a los demás pueblos mercantiles, cuando importe a su conveniencia nacional, o cuando una guerra la autorice a ejercer actos represivos contra sus enemigos.

El segundo es tomar las llaves de los mares del Sur para hacerse señora del comercio del Pacífico. Un ministerio hábil y previsor como el de Inglaterra calcula, con razón, que el mercado de América debe absorber con el tiempo las más ricas producciones de la industria europea; y que si en el día compensa en poco los ensayos del comercio inglés, medio siglo será suficiente para que los cambios de un tráfico activo atraigan inmensas riquezas al seno de la nación que lograse la preferencia en nuestros consumos. Este cálculo quedaba fuera de toda combinación política de Gran Bretaña cuando estos países eran gobernados por las leyes restrictivas de  España porque, obligados por un interés nuestro a reconocer el sistema colonial adoptado por la Corte de Madrid sobre sus establecimientos en el nuevo mundo, nuestros puertos permanecían cerrados para el extranjero; y entonces la posesión de las Malvinas por la Inglaterra no podía influir en pro de su comercio con la América Meridional. Después de que nuestra política ha causado una revolución en las relaciones mercantiles del universo, necesitan también las naciones que se propongan traficar con nosotros de nuevos medios para facilitar y asegurar su intercurso. De aquí es pues que, si Su Majestad Británica abandonó su derecho o no insistió en la conservación de las Malvinas cuando le fue cuestionada por la España, hoy nuevos intereses nacidos de nuestra independencia han despertado en aquel monarca la avidez de un punto que procurará conservar a todo trance.

Mas la perspectiva y utilidad que reporta la Inglaterra es tan obvia y trascendental que no puede dejar de excitar los celos y los cuidados de las demás naciones marítimas, cuya prosperidad depende de la expansión de su comercio, y de la concurrencia de sus flotas a los puertos de América a la par de la Gran Bretaña. La Francia, los Estados Unidos, la Rusia, la Holanda misma no verán sin disgusto la prepotencia de los ingleses y sobre todo la superioridad que les da un punto desde el que pueden poner a tributo toda comunicación con la India por el Cabo de Hornos.

Cuando ninguno que conozca la posición geográfica de las Malvinas se atreverá a poner en duda la evidencia de tales resultados, nuestro fin debe ser llevar este asunto hasta convertirlo en cuestión europea. A este propósito nuestro ministro en Londres deberá ser prevenido de notificar a los embajadores o ministros de las potencias marítimas que residan en aquella corte el último suceso sobre las islas, y la protesta que dirija al ministro británico. Y como es de suponer que la diplomacia inglesa use de arbitrios y de evasiones hábiles, no sólo para justificar su derecho a Malvinas, sino para evadir los cargos de falta de etiqueta y consideración con la república, nuestro ministro debe estar preparado para contradecirlos y para proponer el arbitramiento de una o más naciones poderosas, amigas o neutrales, a cuyo fallo se someta definitivamente la resolución de esta cuestión. De esta línea no debe apartarse un punto nuestro ministro empleando los mejores medios para cercarse de influencias interesadas que traigan al ministerio ingles a la necesidad de obtemperar con este partido. Para ese caso la Francia y la Rusia serían los poderes más indicados, pero si no pudiese recabarse de la última su intervención, la Francia sola bastaría para contrapesar las pretensiones desmesuradas de la Gran Bretaña. Quizá los mismos Estados Unidos, advertidos mejor de sus verdaderos intereses, como nación actualmente más ocupada que otra alguna en el comercio con las Indias orientales, colocasen en la balanza de nuestras pretensiones su saber y su influjo. [leer más]

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Güemes y la falta de apoyo en la defensa de la frontera norte

Hacia 1814, en sus escasos cuatro meses en los ejércitos del norte, José de San Martín comprendió que el escenario salteño era donde debía establecerse una infranqueable muralla defensiva, mientras la campaña libertadora ofensiva tomaría un camino alternativo. La guerra planteada para Salta sería una “guerra gaucha” o “guerra de recursos” y quien mejor se presentaba para encabezar dicha campaña no era otro que Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero.

Mejor conocido como Martín Miguel de Güemes, era éste un hombre de la aristocracia norteña, que había participado en la defensa de Buenos Aires frente a los ingleses, había adherido rápidamente a la revolución de Mayo y cooperado con las campañas de Suipacha y Huaqui. Con grado de teniente, sorteó las iniciales reservas de Belgrano hacia su persona para volver a ser destinado a la lucha en el norte.

Primero como comandante general, organizó las audaces milicias que atacaban de improviso y se movían con extrema rapidez. Estas guerrillas desbarataron la confianza del ejército enemigo, capturaron a muchos de sus hombres y los hicieron retroceder, cuando éstas avanzaban con destacamentos sorpresa sobre Tucumán, donde se encontraban guarnecidas y a la espera de refuerzos las tropas dirigidas por San Martín.

Pero la labor más duradera e importante sobrevendría luego, cuando decidiera volver a Salta con el cuerpo de “dragones infernales”. Entonces caía el director Carlos María de Alvear y, ante la ausencia del gobernador Hilarión de la Quintana, el Cabildo salteño -por primera vez desde 1810- elegía a su autoridad y hacía entrega a Güemes de la gobernación provincial (que incluía a Jujuy), lo que no impediría que mantuviera tensas relaciones tanto con la intendencia jujeña como con la dirección porteña, al menos hasta la declaración de la Independencia y la designación de Juan Martín de Pueyrredón como Director Supremo y de Belgrano -ya sin suspicacias hacia Güemes- como jefe del Ejército del Norte.

Desde allí y por varios años, “los gauchos de Güemes” sostuvieron la defensa de la frontera norte, ante las seis invasiones realistas. Pero con los años, la larga guerra a cuestas y la necesidad de mantener bien armado y alimentado al ejército de gauchos, Güemes fue ganando enemigos entre la aristocracia de su provincia, en muchos casos proclive a terminar como fuera con dicha situación que les obligaba a numerosas contribuciones. En una de sus incursiones fuera de la ciudad, a comienzos de 1821, la oposición interna se agrupó e intentó deponerlo, pero su regreso normalizó el intento golpista.

Güemes moriría pocos meses después, el 17 de junio de 1821, tras ser herido en una de las numerosas batallas que lo tuvieron como protagonista.

Para recordarlo, reproducimos una carta que enviara en 1818 a Manuel Belgrano, donde manifestaba las dificultades que encontraba entre las clases más acomodadas para reunir los caudales necesarios para continuar con la defensa de la frontera norte.

Fuente: Felipe Pigna, Los mitos de la historia argentina 2, Buenos Aires, Editorial Planeta, 2005, págs. 116-117.

Carta de Martín Miguel de Güemes a Manuel Belgrano del 13 de febrero de 1818

El patriotismo se ha convertido en egoísmo. Todos los hombres se han echado con la carga y quieren que sin trabajo les llueva el maná del cielo. Semejante apatía e indolencia obliga a tomar providencias sensibles, y lo cierto es que si hemos de salvar al país, es necesario cerrar los ojos y los oídos y tomar el camino del medio. Así lo he dicho en estos últimos días, pero ni eso me ha valido.

Creía que asustando un poco a estos caballeros, se ablandarían y me socorrerían. Pero me engañé. Hice correr la voz de que los llevaría en la vanguardia y que para quedarse darían alguna cosa para ayuda de los que trabajan. Pues con todo este aparato no he conseguido otra cosa que calentarme la cabeza. Se juntó el vecindario en casa del Alcalde de Primer Voto, y entre todos, apenas han dado cuatro porquerías con que han auxiliado 30 gauchos, y esto dando a uno una camisa, a otro un poncho de picote, y a otro un pedazo de jerga vieja. ¿Qué tal? ¿Caballos? Unos cuantos; acaso los peores que han podido hallar, de suerte que con dificultad llegarán a Jujuy.

A vista de esto, ¿no he de alabar la conducta y la virtud de los gauchos? Ellos trabajan personalmente, y no exceptúan ni aun el solo caballo que tienen, cuando los que reportan ventajas de la revolución no piensan otra cosa que engrosar sus caudales.

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Manuel Belgrano contra la guerra civil

Antes de morir, Manuel Belgrano escribió su autobiografía -según confesó- no sólo para que fuera útil a sus paisanos, sino también para “ponerme a cubierto de la maledicencia”. Y es que no pocos enemigos se había ganado este criollo a lo largo de las luchas independentistas.

Nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, con el nombre de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, estudió en el Colegio Real San Carlos (hoy Nacional de Buenos Aires), para luego trasladarse a Valladolid, junto a su hermano, donde se dedicó al estudio de Leyes. A su regreso a Buenos Aires, con apenas 23 años y recibido de abogado, asumió las tareas de secretario en el Consulado porteño.

Se interesó en que el Consulado ofreciera cursos educativos en varias materias. Las invasiones inglesas lo incorporaron de lleno en la cuestión militar y política. Desde entonces y por largos años participaría en batallas, debates, disputas y la gestión de una nueva realidad que nacía.

Recordado como creador de la bandera, ingeniero del “éxodo jujeño”, comandante del Ejército del Norte y por haber destinado los 40 mil pesos oro de premios a la construcción de escuelas en las provincias del norte (que nunca se hicieron), Belgrano murió en la pobreza total, el 20 de junio de 1820, atacado por una agobiante enfermedad. “Pienso en la eternidad, adonde voy, y en la tierra querida que dejo...”, comentó antes de morir.  

En el aniversario de su fallecimiento, recordamos las palabras que en abril de 1819 Belgrano dirigiera a Ignacio Álvarez Thomas, entonces jefe de estado mayor del ejército de observaciones sobre Santa Fe, instándolo a entablar negociaciones con el gobernador Estanislao López.

Manuel Belgrano, quien se encontraba en Tucumán a cargo del  ejército auxiliar del Perú, había sido llamado a tomar parte en la guerra civil contra los caudillos del Litoral. Sin embargo, en la carta que a continuación reproducimos, advertía los desastres que sobrevendrían de prolongarse la guerra civil entre las provincias hermanas. 

Fuente:Antonio Zinny, Bosquejos biográficos del general don Ignacio Álvarez y Thomas, Buenos Aires, Imprenta y librería de Mayo, 1868, págs. 27-31

Carta de Manuel Belgrano a Ignacio Álvarez Thomas
Rosario, 11 de abril de 1819.

Mi deseo es la conclusión de una guerra tan desastrosa para emplearme en acabar con los enemigos exteriores. Convengo en la proposición de que se retire este ejército a San Nicolás, y el auxiliar del Perú fuera de los límites de la jurisdicción de Santa Fe, con tal que las fuerzas de ésta y del entre Ríos se sitúen en la otra parte del Salado, mientras se concluye el tratado definitivo.

Debe prefijarse la época de reunión de los diputados para el 1º de mayo y no menos los días que deban emplearse en el tratado, convención, o como se le quiera llamar, para que pueda comunicarse a las provincias de la Unión, y se celebre entre las glorias de la América del Sud el 25 la de la concordia y fraternidad entre hermanos que para siempre abandonan sus riñas particulares para el bien de la gran familia.

Que debe celebrarse con el mayor anhelo la destrucción de una porción de reuniones que se han destinado al robo, saqueos y demás vicios, para que los caminos estén francos, y no menos las postas, a cuyos maestros debe atenderse y protegerse, pues de otro modo  ni me será posible tener los auxilios para destruir y vencer a los españoles que sujetan a nuestros hermanos del interior, ni las comunicaciones llegarán con la prontitud que es tan preciosa, ni el comercio además podrá gozar, y el Estado perderá.

Que si se ama de veras la Unión, y se mira por la causa, estamos decididos a morir antes que perder nuestra libertad e independencia, que hemos jurado, de la España, se me debe auxiliar para mis marchas, y no menos a perseguir los desertores que hubiere, con destino a que no se pierda la fuerza que ha de atacar al enemigo común.

Que para que esté seguro para ambas partes el armisticio, y no haya un motivo de guerra por el contacto de hombres de ánimos resentidos, soy de opinión que el destacamento de Santa Fe destinado al Arroyo del Medio permanezca en este pueblo como el de las Provincias Unidas en San Nicolás, y el auxiliar del Perú fuera de la jurisdicción de dicha ciudad de Santa Fe, habiendo franca comunicación entre los jefes, para que se conserve la amistad, se ayuden unos a otros, y corten todas diferencias que puedan traer un rompimiento.

Que cese todo acto hostil en el Entre Ríos, y que se impondrá al supremo gobierno de la necesidad de separar todo motivo de guerra civil, que sólo nos trae la destrucción del país, debilitándonos para oponernos a las insidias y guerras de los españoles y portugueses, o cualquiera otra nación que la intentase.

Que convido a los que quisieran ayudarme a ir a combatir  los enemigos exteriores que nos amenazan por el Perú, apoyados de esta cruel y sanguinaria guerra que lloraremos cuando se hayan abierto los ojos, y se vean los males de la desolación que ha causado.

Que si quieren los señores Vulny y Urtubey y algunos otros militares ir en mi campaña contra los tiranos españoles, los recibiré a brazos abiertos, sin dudar de que sus esfuerzos a que los han conducido las teorías, serán de todo provecho dirigidos a beneficio de la libertad de nuestro suelo.

En fin, séllese el principio de una unión duradera, y hagamos con ella la gloria de América del Sud, para que entre al rango de nación, y sea respetada por cuantos existen en el globo; que no nos acordemos más de nuestras diferencias anteriores sino para soldar más y más la amistad y fraternidad tan deseada y anhelada por los buenos.

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El derrocamiento de Arturo Illia, 28 de junio de 1966

Hacia junio de 1966, el comodoro retirado Juan José Güiraldes, director de la revista Confirmado y sobrino de Ricardo Güiraldes, decía: “Si para salvar…la constitución, un nuevo gobierno debe negarla de inmediato, habrá que optar”. Era la confirmación de que el golpe estaba en marcha, tanto que finalizaba su nota advirtiendo: “…creo que sólo un milagro salva a este gobierno”.

Sólo tres años atrás, el 31 de julio de 1963, Arturo Illia había sido electo presidente de la Nación. El contexto de debilidad del sistema institucional quedaba al descubierto con la humorada popular, que se jactaba de que el país contaba con tres presidentes: Illia, electo; Guido, interino; y Frondizi (depuesto en 1962), el constitucional. Las elecciones de 1963 marcaban también la debilidad del sistema partidario: una atomización de fuerzas había dado apenas un 25% de los votos para la fórmula ganadora.

El gobierno de Illia, “custodiado” por las Fuerzas Armadas, tuvo un rumbo errático, imposibilitado –por su debilidad intrínseca (una escasa cantidad de votos y una negativa  a conformar alianzas)- de consolidar siquiera aquellas medidas que congeniaban con el anhelo popular, como la anulación de los contratos petroleros, la ley de medicamentos y cierta inicial reactivación económica.

Un contexto político y social en creciente ebullición caracterizado por el fenomenal Plan de Lucha de la CGT, la aparición de la guerrilla guevarista en Salta, el crecimiento electoral de las fuerzas peronistas en 1965 y su posible triunfo en 1967 y el enojo de militares con una política exterior que, por caso, los subordinaba a la comandancia brasilera en la intervención de Santo Domingo, contribuyó a crear un clima adverso para el gobierno y alimentaba las imágenes públicas que identificaban la gestión de Illia con la lentitud, la inoperancia y el anacronismo.

Así, cuando a partir de un primer año positivo, la situación económica comenzó a desbarrancar y se presentaron hacia 1966 los signos de una franca recesión, las críticas comenzaron a arreciar y -salvo algunos sectores radicales, otros pequeños partidos y buena parte de los medios universitarios-, una mayoría popular y la casi totalidad de las organizaciones sociales creían necesario un golpe. Un nuevo derrocamiento del maltrecho orden constitucional estaba cantado, pero aun así, Illia estaba convencido de que aquello no era factible. La voluntad intentaba sobreponerse a la cruda realidad.

El 28 de junio de 1966, el gobierno de Illia cayó –según se ha dicho- como una fruta madura. El general Julio Alsogaray, de grandes contactos con la diplomacia norteamericana, desalojó personalmente al presidente de la Casa Rosada, tras un tenso careo en los despachos. Apenas alguna manifestación en Córdoba intentó detener lo inminente. Illia no era el hombre fuerte que buscaban los sectores del poder, alguien que pudiera encarar una profunda transformación. Detrás suyo había emergido el general Juan Carlos Onganía.

Semanas después del golpe, desde la revista Extra, el periodista Mariano Grondona alegaba: “Detrás de Onganía queda la nada. (...) Onganía hace rato que probó su eficiencia. La de su autoridad. La del mando. Si organizó el Ejército (...) ¿por qué no puede encauzar el país? Puede y debe. Lo hará”. Tres años más tarde, también Onganía saldría eyectado de la Casa Rosada.

En un nuevo aniversario del derrocamiento de un presidente electo por el voto popular, recordamos la escena que tuvo lugar en el despacho de la Casa Rosada, cuando Illia enfrentó, prácticamente en soledad, el desalojo militar.

Fuente: Inédito, 21 de junio de 1967; en Marcelo Cavarozzi, Autoritarismo y democracia, Buenos Aires, Editorial Eudeba, 2004, págs. 153-155.

En la ciudad de Buenos Aires, siendo las 5.20 horas del día 28 de junio de 1966, en el despacho del Excelentísimo Señor presidente de la Nación Argentina, doctor Arturo U. Illia, se encuentran reunidos acompañando al Primer Magistrado ministros, secretarios de Estado, secretarios de la presidencia, subsecretarios, edecanes del señor presidente, legisladores, familiares y amigos.

El señor presidente de la República se encuentra firmando un documento, mientras que un colaborador aguarda a su lado para hacerse dedicar una fotografía. En ese instante irrumpe en el despacho un general de la Nación, precedido por el jefe de la Casa Militar, brigadier Rodolfo Pío Otero, una persona civil y algunas otras con uniforme militar. El mencionado general se ubica sobre el lado izquierdo del señor presidente y pretende arrebatar una fotografía que el doctor Illia se apresta a firmar…

El presidente de la República impide con gesto enérgico semejante actitud, produciéndose entonces el siguiente diálogo:

General: ¡Deje eso! ¡Permítame…!

Varias voces: ¡No interrumpa al señor presidente!

Presidente: ¡Cállese! ¡Esto es mucho más importante que lo que ustedes acaban de hacer a la República! ¡Yo no lo reconozco! ¿Quién es usted?

General: Soy el general Alsogaray.

Presidente: ¡Espérese! Estoy atendiendo a un ciudadano. ¿Cuál es su nombre, amigo?

Colaborador: Miguel Ángel López, jefe de la secretaría privada del doctor Caeiro, señor presidente.

Presidente: Este muchacho es mucho más que usted, es un ciudadano digno y noble. ¿Qué es lo que quiere?

General: Vengo a cumplir órdenes del comandante en jefe.

Presidente: El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas soy yo; mi autoridad emana de esa Constitución, que nosotros hemos cumplido y que usted ha jurado cumplir. A lo sumo usted es un general sublevado que engaña a sus soldados y se aprovecha de la juventud que no quiere ni siente esto.

General: En representación de las Fuerzas Armadas vengo a pedirle que abandone este despacho. La escolta de granaderos lo acompañará.

Presidente: Usted no representa a las Fuerzas Armadas. Sólo representa a un grupo de insurrectos. Usted, además, es un usurpador que se vale de las fuerzas de los cañones y de los soldados de la Constitución para desatar la fuerza contra el pueblo. Usted y quienes lo acompañan actúan como salteadores nocturnos que, como los bandidos, aparecen de madrugada.

General: Señor pres… Dr. Illia…

Varias voces: ¡Señor presidente! ¡Señor presiente!

General: Con el fin de evitar actos de violencia le invito nuevamente a que haga abandono de la Casa.

Presidente: ¿De qué violencia me habla? La violencia la acaban de desatar ustedes en la República. Ustedes provocan la violencia, yo he predicado en todo el país la paz y la concordia entre los argentinos; he asegurado la libertad y ustedes no han querido hacerse eco de mi prédica. Ustedes no tienen nada que ver con el Ejército de San Martín y Belgrano, le han causado muchos males a la Patria y se los seguirán causando con estos actos. El país les recriminará siempre esta usurpación, y hasta dudo que sus propias conciencias puedan explicar lo hecho.

Persona de civil: ¡Hable por usted y no por mí!

Presidente: Y usted, ¿quién es, señor…?

Persona de civil: ¡Soy el coronel Perlinger!

Presidente: ¡Yo hablo en nombre de la Patria! ¡No estoy aquí para ocuparme de intereses personales, sino elegido por el pueblo para trabajar por él, por la grandeza del país y la defensa de la ley y de la Constitución Nacional! ¡Ustedes se escudan cómodamente en la fuerza de los cañones! ¡Usted, general, es un cobarde, que mano a mano no sería capaz de ejecutar semejante atropello!

General: Usted está llevando las cosas a un terreno que entiendo no corresponde.

Dr. Edelmiro Solari Yrigoyen: ¡Los que somos hijos y nietos de militares nos avergonzamos de su actitud!

Presidente: Con este proceder quitan ustedes a la juventud y al futuro de la República la paz, la legalidad, el bienestar…

General: Doctor Illia, le garantizamos su traslado a la residencia de Olivos. Su integridad física está asegurada.

Presidente: ¡Mi bienestar personal no me interesa! ¡Me quedo trabajando aquí, en el lugar que me indican la ley y mi deber! ¡Como comandante en Jefe le ordeno que se retire!

General: ¡Recibo órdenes de las Fuerzas Armadas!

Presidente: ¡El único jefe supremo de las Fuerzas Armadas soy yo! ¡Ustedes son insurrectos! ¡Retírense!...

Perlinger: Señor Illia, su integridad física está plenamente asegurada, pero no puedo decir lo mismo de las personas que aquí se encuentran. Usted puede quedarse, los demás serán desalojados por la fuerza…

Presidente: Yo sé que su conciencia le va a reprochar lo que está haciendo. (Dirigiéndose a la tropa policial.) A muchos de ustedes les dará vergüenza cumplir las órdenes que les imparten estos indignos, que ni siquiera son sus jefes. Algún día tendrán que contar a sus hijos estos momentos. Sentirán vergüenza. Ahora, como en la otra tiranía, cuando nos venían a buscar a nuestras casas también de madrugada, se da el mismo argumento de entonces para cometer aquellos atropellos: ¡cumplimos órdenes!

Perlinger: ¡Usaremos la fuerza!

Presidente: ¡Es lo único que tienen!

Perlinger (dando órdenes): ¡Dos oficiales a custodiar al doctor Illia! ¡Los demás, avancen y desalojen el salón!

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Noticias

Descubren el calendario maya más antiguo

El  calendario -descubierto por arqueólogos estadounidenses en Xultún, Guatemala- data del siglo IX y según los expertos, se contrapone a las profecías mayas de 2012, puesto que su conteo contempla 7 mil años después de su creación, superando las predicciones que establecían el fin del mundo el próximo 21 de diciembre. El hallazgo fue descubierto en las paredes de una habitación subterránea, cuyos muros exhiben glifos y representaciones alusivas a ciclos calendáricos. Según los especialistas, el calendario contiene 260 días, 265 días del calendario solar, y el ciclo anual de 584 días del planeta Venus y 780 del de Marte. La importancia del hallazgo también radica en la revelación de que los mayas se dedicaban a realizar cálculos durante cientos de años y en lugares distintos a los libros, antes de que fueran grabados en los calendarios registrados en los códices de 1300 a 1521.

Fuente: info

Rematan un manuscrito de El Principito por 385.000 euros

El manuscrito, que incluye algunos pasajes inéditos y modificaciones respecto a la obra publicada por Antoine de Saint-Exupéry en 1943, fue adjudicado el pasado 16 de mayo en una subasta en París por 385.600 euros (cerca de 491.000 dólares). Las nuevas páginas escritas y corregidas a mano por el autor de la obra más vendida y traducida del mundo desde su publicación, aparecieron perdidas en un paquete de cartas y autógrafos del autor que pertenecían a un coleccionista anónimo. Según los expertos se trataría de una versión de 1941, anterior a la versión final del célebre cuento.

Fuente: info

Exponen trabajos inéditos de Leonardo da Vinci

Los dibujos del pintor florentino que serán exhibidos en la Queen’s Gallery de Londres, ubicada junto al Palacio de Buckingham,  reflejan los años de investigación científica del artista. Retratan con detalle órganos como el cerebro o el corazón; la estructura músculo-esquelética de las cuatro extremidades humanas; la disección de un cráneo, o el sistema reproductor. Entre las obras más famosas de la muestra figura “El feto en el útero” (1511, aproximadamente), un retrato elaborado con tiza roja que muestra el útero durante un embarazo, con un feto en posición de nalgas. Según los expertos, son los dibujos del cuerpo humano más detallados y precisos del Renacimiento. La muestra, denominada “Leonardo da Vinci: Anatomista”, reúne 87 páginas de sus cuadernos e incluye 24 que nunca antes habían sido expuestas en público. La exposición permanecerá abierta hasta el 7 de octubre. “Estos dibujos nos enseñan que (Leonardo da Vinci) era tan bueno como científico que como artista. Algunos de sus descubrimientos no volvieron a producirse hasta cientos de años después”, explica el curador de la muestra Martin Clayton.

Fuente: info

Hallan evidencia arqueológica de la existencia de la ciudad de Belén

Arqueólogos israelíes hallaron en Jerusalén, un sello de arcilla antigua, que lleva inscripto el nombre de Belén en la antigua escritura hebrea. La reliquia, llamada “bulla”, es un trozo de arcilla de 1,5 cm que era utilizado para el sello de un funcionario en un documento u objeto. De unos 2700 años de antigüedad, data del período del Primer Templo (1006-586 a.C). El hallazgo es sumamente importante porque es la primera vez que el nombre de Belén aparece fuera de la Biblia, lo cual podría demostrar que Belén, el tradicional poblado donde nació Jesús, era una ciudad en el Reino de Judá.

Fuente: info

Encuentran un pueblo y un barco milenarios en el Mediterráneo

Un equipo de arqueólogos halló a poco más de dos metros de la superficie, cerca de la costa de Croacia, un poblado neolítico bien preservado y los restos de un barco. La embarcación se remonta aproximadamente al primer milenio antes de Cristo, con lo que podría ser la más antigua descubierta en el Adriático y posiblemente en todo el Mediterráneo. La eslora del casco mide unos 6 metros y la manga 2,4 metros. El asentamiento neolítico se encuentra debajo de la superficie marítima en el noroeste de la península norteña de Istria, cerca de Umag y, al parecer, estaba integrado por casas construidas sobre pilares de madera.

Fuente: Diario Clarín, 26 de mayo de 2012
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Difusión

Muestras

  • Muchas voces, una historia. Argentina 1810-2010, una exposición permanente de la Casa del Bicentenario, que a través de una video-instalación, recorre la historia del país con imágenes y sonidos, intentando dar cuenta de las complejidades y ambigüedades del relato histórico, expresando la pluralidad de voces y perspectivas de la sociedad. Lugar: Riobamba 985; horarios: de martes a domingo y feriados de 14.00 a 21.00 hs. Ingreso permitido hasta 30 minutos antes del cierre. Entrada libre. (info)*
  • Mujeres. 200 años, una exposición itinerante de la Casa del Bicentenario, que esta vez se presentará en Catamarca. Lugar: Museo de Bellas Artes "Laureano Brizuela". San Martín 316. Catamarca. Hasta el 7 de julio. Horarios: Lunes a viernes de 7 a 13 hs y de 14 a 20 hs. Sábados de 16 a 20. Entrada libre y gratuita. (info)*
  • Los porteños vuelven a jugar y a divertirse con los juguetes de ayer. Muestra de los juguetes de la colección del Museo de la Ciudad. En el museo se podrán ver desde un auto de lata, trenes eléctricos, una colección de soldaditos de plomo hasta diminutas máquinas de coser fabricadas entre 1915 y 1960. Lugar: Defensa 219 / 223; horarios: lunes a domingo y feriados de 11 a 19 hs. Sábados, domingos y feriados de 15 a 19 hs. Entrada general: $1. Miércoles, gratis. Tel. : 4343-2123 / 4331-9855 (info)*
  • Museo Histórico Nacional. Se exhiben excelentes grabados, litografías, cuadros, imágenes religiosas y esculturas; banderas, estandartes, armas y uniformes de las guerras de la Independencia; muebles, relojes, partituras, instrumentos musicales y vajillas de las familias tradicionales del siglo XIX; recuerdos de la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, relicarios y miniaturas, daguerrotipos, fotos y tarjetas postales; aperos, ponchos, objetos de plata y prendas gauchas. Entre sus colecciones pictóricas resaltan los cuadros de José Gil de Castro; las pinturas de Cándido López, un valioso testimonio de la Guerra del Paraguay (1865-1870). También cuentan con los pianos y los forte pianos de la familia Escalada, de María Sánchez de Thompson y de Eduarda Mansilla. En el Museo puede visitarse la reproducción del dormitorio de José de San Martín en Boulogne-Sur-Mer (Francia), ambientado con objetos originales de acuerdo al bosquejo enviado por su nieta Josefa Balcarce. El archivo personal de Adolfo Carranza está abierto para los investigadores. Una valiosa biblioteca de alrededor de quince mil volúmenes, dedicada principalmente a la historia argentina y americana, puede ser consultada por el público general. Horario:
    De miércoles a domingo, de 11 a 18 hs. Los docentes que deseen visitar el Museo con sus alumnos deben enviar un correo electrónico a educacion@mhn.gov.ar. Dirección: Defensa 1600. Informes 4307-1182. (info)*
  • Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo. El museo cuenta con modernos sistemas interactivos de comunicación que favorecen la participación del público. Se puede acceder al balcón principal del edificio y visitar todas sus salas además de ver sus históricos túneles, a través de una cámara subterránea. cuenta con dos pantallas que les permiten a los visitantes interactuar con la imagen del famoso cuadro del 22 de mayo y con un mapa con los puntos geográficos más importantes de la ciudad en los febriles días de la Revolución de Mayo. Dirección: Bolívar 65. Tel.: 4342-6729 y 4334-1782. Visitas guiadas: Miércoles y jueves a las 15.30; Viernes a las 15.30 (gratis); Sábados, domingos y feriados a las 12.30, 14 (gratis) y 15.30. Las visitas pagas incluyen un recorrido virtual en tiempo real de las construcciones subterráneas del Patio del Museo. Los establecimientos educativos deben solicitar turno a visitascabildo@cultura.gov.ar. Dirección: Bolívar 65. Informes: 4342-6729 y 4334-1782. (info)*
  • Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco. En su colección permanente se encuentra el patrimonio público de platería colonial sudamericana más importante de Iberoamérica. Su pinacoteca abarca desde la época colonial hasta el período independiente. También exhibe piezas de mobiliario de los S. XVIII y S. XIX, documentos, libros, ornamentos religiosos, grabados, cerámica, indumentaria civil y accesorios femeninos. El edificio, conocido como Palacio Noel, es un excelente exponente del movimiento neocolonial y posee hermosos jardines de inspiración española. Más información en info. Dirección: Suipacha 1422. Tel.: 4327- 0228. Horario: martes a viernes de 14 a 19 hs. Sábados, domingos y feriados de 12 a 19 hs. Lunes cerrado. Entrada general $1.*
  • El Museo Nacional de la Historia del Traje, expone un recorrido por las diversas piezas de indumentaria. En sus salas se pueden ver colecciones como  la moda desde 1845-1914; la moda en los años 20; el traje de boda; la moda infantil desde 1890 a 1970, etc. Dirección: Chile 832. Horarios: de martes a domingo de 15 a 19 hs. Visitas guiadas: sábados y domingos a las 17:00 hs. Informes: 4343-8427. (info)*
  • Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio Saavedra, Sala Ricardo Zemboraín: Colección de platería urbana del Siglo XIX. Sala tertulias: Mobiliario, iconografía y artes decorativas correspondientes a la 1ª y 2ª mitad del Siglo XIX. Sala independencia: Testimonios del proceso que se inicia con la Invasiones Inglesas, la Revolución de Mayo y la Independencia Sudamericana. Confederación argentina: Aspectos políticos, sociales, y económicos de los gobiernos de Juan Manuel de Rosas. Lujos y vanidades femeninas del siglo XIX: Peinetones, alhajas, relojes, abanicos y otros accesorios de la moda femenina. Sala Leonie Matthis: La plaza de Mayo desde la fundación hasta el fin del Siglo XIX a través de las aguadas de la pintora francesa. Sala moda: Vestimenta masculina y femenina del Siglo XVIII y XIX. Emisiones, inflación y convertibilidad: La Economía Argentina a través de sus diferentes monedas. Sala de armas: Colección de armas de fuego y armas blancas. Sala Keen: Platería rural. Dirección: Crisólogo Larralde 6309. Horario: Martes a viernes de 9 a 18 hs. Sábados, domingos y feriados de 10 a 20 hs. Tel: 4572-0746 / 4574-1328. Lugar: Visitas guiadas: sábados, domingos y feriados, 17 hs. (info)*
  • Música en Argentina. 200 años. Una mirada retrospectiva sobre las prácticas musicales de los argentinos, desde los pueblos originarios hasta la actualidad. La muestra da cuenta de la evolución y de los rasgos particulares de cada género musical, en el marco de un relato que despliega los procesos sociales, políticos y culturales que los acompañaron. Fotografías, archivos sonoros, audiovisuales, objetos, instrumentos, partituras originales, publicaciones específicas y obras de artistas visuales forman parte del recorrido que acerca a los visitantes un panorama amplio de la música en la Argentina, en el que se desarrollan distintos géneros como el folklore, el tango, la cumbia, la música académica y el rock, así como la música durante la colonia, la última dictadura, o la música de los pueblos originarios. Casa del Bicentenario. Dirección: Riobamba 985. Tel.: 4813-0301. Martes a domingos y feriados de 15 a 21 hs. Visitas guiadas: sábados 16:30 hs. (info)*

Cine

  • La revolución es un sueño eterno, una película dirigida por Nemesio Juárez. Relato centrado en la vida de Juan José Castelli, el menos conocido de los revolucionarios de Mayo de 1810. Confluyen los momentos claves de su vida y los sucesos históricos en los que tuvo un rol decisivo. El Cabildo Abierto del 22 de Mayo, la jura del 25, el fusilamiento de Liniers y el de los jefes realistas en la campaña del Ejército Expedicionario del Norte que él mismo condujo; su arenga a los pueblos originarios ante la Puerta del Sol de Tiahuanaco, el Plan de Operaciones diseñado por Moreno y el juicio espurio al que fue sometido luego de la derrota en Huaqui o Desaguadero. Actúan: Luis Machín, Manuel Vicente, Adrián Navarro, Juan Palomino, Lito Cruz, Ingrid Pellicori y Mónica Galán. Lugar: INCA Km 0. Av. Rivadavia 1635. Tel.: 4371-3050. Horarios: 14:10 y 19:30. (info)*
  • Memoria visual de Buenos Aires, una realización de Graciela Raponi y Alberto Boselli. Se trata de proyectos audiovisuales que recorren los procesos de gestación y transformación de la ciudad desde su origen hasta el presente. Fundada en 1580 por hispano-guaraníes en la costa del Río de la Plata, la actual Capital de la República Argentina tuvo un débil impacto sobre el medio natural en sus primeros tres siglos de existencia. Pero en los últimos ciento treinta años inició un formidable desarrollo urbano que en pocas décadas convirtió a esa “gran aldea” en una de las metrópolis portuarias más importantes de Sudamérica y del mundo. Los archivos de fotografía urbana y de los demás documentos icónicos, desde los dibujados artesanalmente como la cartografía, hasta los registrados en soporte fílmico, digital, etc., proveen los eslabones para reconstruir ese itinerario en el tiempo. Casa del Bicentenario. Riobamba 985; horarios: de martes a domingos y feriados de 15 a 21 hs. También pueden verse en (info)*

Teatro

  • Isla de la memoria, una obra dirigida por Manuel Longueira y Julio Cardoso. Espectáculo acerca de la historia del conflicto que la Argentina mantiene con el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas, las Georgias y Sandwich del Sur y sus mares circundantes. Historia que se presenta como una crónica dramática y humorística que arranca en las primeras incursiones de la piratería europea por la zona, refiere la ocupación británica de 1833 en Malvinas y sigue hasta el momento en que retornan los soldados argentinos, al término de la guerra de 1982. Actúan: Lucía Adúriz, Alejandro Cobas, Marcela Haimovichi, Manuel Longueira, Pablo Mariuzzi, Cristina Suárez. Lugar: Teatro Nacional Cervantes. Libertad 815, Capital Federal. Horario: viernes y sábados a las 19:00 hs. y domingos a las 18:30 hs. $ 50. Tel. 4816-4224. (info)*
  • La forestal (crónica cantada), sobre texto de Gastón Gori. Adaptación de Enrique Llopis.  Es una obra musical que resume las actividades de la compañía inglesa que tuvo en sus manos el monopolio absoluto de la explotación del quebracho colorado en el denominado Chaco santafesino, así como a los primeros movimientos obreros en la República Argentina de los años 1919 y 1921, destinados a obtener reivindicaciones sobre las inhumanas condiciones de vida y de trabajo, y sobre los exiguos jornales que se cobraban. La obra  volverá a las tablas porteñas tras 25 años de su estreno. Actúan: Enrique Llopis, Raúl Calandra y Juan Herrera. Lugar: Teatro Santa María. Montevideo 842. Horarios: viernes y sábados a las 21:00 hs. Domingos a las 20:30 hs. Entradas desde $ 120. Tel.: 4811-6086. (info)*
  • El secuestro de Isabelita, una obra de Daniel Dalmaroni sobre el mundo de la guerrilla urbana de los años setenta. Actúan: Ivana Averta, Mariano Bicain, Gastón Courtade, Gabriel Kipen, Sonia Martínez y Juan Mendoza Zélis. Lugar: Teatro del Pueblo. Roque Sáenz Peña 943, Capital Federal. Horario: domingos a las 20:00. Tel. 4326-3606. (info)*
  • Secretos de dos casas con historia. Del virrey a los libros, un recorrido fantástico por dos Siglos, de Marisé Monteiro. La obra se presentará hasta el 30 de octubre, en la legendaria casa del virrey Liniers. Será el escenario de un recorrido teatralizado por dos siglos de historia. Los visitantes emprenderán un viaje al pasado y descubrirán las costumbres en los tiempos de la colonia. Participarán de las invasiones inglesas. Serán testigos de la rendición de Beredsford y de la promulgación de la Ley Sáenz Peña y de lo ocurrido en lo que fuera la sede de la Editorial Estrada. Para niños mayores de 6 años. Lugar: Casa de Liniers. Dirección: Bolívar 466. Funciones: sábados y domingos 15:30. Valor de la entrada $20. info*
  • La Historia en su lugar, un ciclo de “historias teatralizadas”. Se trata de un ciclo que pone en escena varias obras una vez por semana en el corazón de cada barrio. Historia de Guapos, laburantes y tangueros: hasta el 31 de octubre, el tercer domingo de cada mes  a las 15.30, en Av. Corrientes y Pasaje Discépolo; Una nueva visita guiada, donde el público podrá reconocer, entre tango y tango, a los más típicos personajes que acudieron a poblar el barrio de Balvanera cuando en 1893 comenzó a funcionar el famoso Mercado de frutas y verduras del Abasto. Son historias de riñas y amoríos… unas románticas otras trágicas… Son historias que vienen de boca en boca, y de generación en generación… Pero por sobre todo son historias que guardan la memoria de este pedazo de Buenos Aires conocido como el barrio de Balvanera; Los fantasmas de San Telmo: Hasta el 27 de octubre, el cuarto sábado de cada mes a las 18:30. En Plaza Dorrego (Anselmo Arrieta y Bethlem). El espectador explorará las profundidades del pasado de San Telmo y escuchará los susurros angustiados de la joven nativa convertida en árbol. Conocerá el fantasma del poeta enamorado, averiguará por qué el aljibe de la Plaza Dorrego ha sido misteriosamente tapiado y se sorprenderá en los claustros donde habita el Fantasma sin cabeza. También tendrá la posibilidad de descubrir la historia del prisionero inglés en la casa de Martina Céspedes, caminar a través de una calle invadida por la fiebre amarilla; Flores, barrio de poetas y leyendas: hasta el 20 de octubre, el tercer sábado de cada mes a las 15.30. En Plaza de la Misericordia. Una excursión al corazón de uno de los barrios más antiguos de la ciudad, plagado de leyendas. El espectador se enterará de los tesoros ocultos en el barrio. Descifrará el secreto de los túneles ocultos en el Pasaje la Porteña y compartirá los versos mas más bellos de los poetas que alguna vez vivieron y soñaron en este barrio. Entrada libre y gratuita. Más información en info*

Concursos

  • Concurso de becas de investigación “María Sáez de Vernet” | 2012, La Biblioteca Nacional invita a presentar proyectos orientados a investigar la historia y la actualidad de las Islas Malvinas y las representaciones de las mismas en la prensa periódica, en la literatura y el ensayo, en documentos oficiales, en la cartografía, la fotografía y la música. La presentación de las carpetas se realizará entre el 15 de julio y 15 de agosto de 2012. Más información en: (info)*
* Se recomienda constatar vigencia de los eventos y cambios de horario.
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Lanzamiento de Libros

Tradiciones en pugna. 200 años de historia argentina, de Eduardo Jozami (coordinador), Editorial Eudeba. $52. El Bicentenario de la Revolución de Mayo reubicó a la historia nacional en un lugar central, en el que el pasado, su interpretación y su resignificación cobraron un renovado. Este libro compila reflexiones de intelectuales e investigadores que abordan la historia argentina desde distintos ejes. Colaboran Luis Hipólito Alén, Dora Barrancos, Eduardo Basualdo, Osvaldo Bayer, Eric Calcagno, Hernán Camarero, José Carlos Chiaramonte, Guillermo David, Eduardo Luis Duhalde, Ana Frega, Juan José Giani, Noemí Goldman, Horacio González, Martín Gras, María Pía López, Lucila Pagliai, León Pomer, Maristella Svampa, Ramón Torres Molina, Fabio Wasserman y Ana María Zubieta. (info)

La república desolada, de Hugo Quiroga, Editorial Edhasa, 256 págs. $60. En ese ensayo, el autor analiza el proceso de reconstrucción política de la Argentina tras la crisis de 2001 y marca sus peligros en el marco institucional. (info)

La ciencia argentina, de Diego Hurtado, Editorial Edhasa, 256 págs. $60. El autor analiza en este libro la dinámica del campo científico entre 1930 y fines del siglo XX, su relación con las empresas privadas, con las instituciones públicas, con la política nacionalista y con el marco educativo e intenta establecer cuáles fueron las oportunidades perdidas y los éxitos logrados, aun en un contexto que rara vez los favorecía o los alentaba. (info)

Historias de “perros”. Entrevistas a militantes del PRT-ERP, de Pablo Pozzi, Imago Mundi, 416 págs. $136. Se trata de ocho entrevistas a relevantes militantes del PRT-ERP. (info)

Un enemigo para la Nación. Orden interno, violencia y subversión, 1973-1976, de Mariana Franco, Editorial Fondo de Cultura Económica, 352 págs. $98. La autora analiza en este libro el problema de la violencia en el período constitucional que se extendió desde mayo de 1973 hasta marzo de 1976 y examina la imbricación histórica que se estableció entre las prácticas estatales de carácter autoritario y represivo y los discursos políticos y periodísticos dominantes. (info)

La industria peronista. Un ensayo esclarecedor sobre el resultado de la política industrial del peronismo, de Claudio Belini, Editorial Edhasa, 224 págs. $60. Se trata de una investigación sobre el funcionamiento de distintas ramas industriales, las relaciones entre el Estado y las cámaras empresarias, y el rol de la burocracia y de los sindicatos en el período 1946-1955. (info)

Gente de teatro. Ocio y espectáculos en la Buenos Aires de los años veinte, de Carolina González Velasco, Editorial Prometeo, 272 págs. $80. El libro reconstruye el mundo del espectáculo teatral porteño de los años veinte: las compañías, los empresarios, los actores populares, los trabajadores de las tablas, los utileros y la legión de autores, que a razón de una obra por mes alimentaban una cartelera siempre renovada, con varias funciones diarias. (info)

Alem, de Ezequiel Gallo, Editorial Edhasa, 156 págs. $60. El libro recorre la vida política e intelectual de Leandro N. Alem, orador impar, que participó activamente en la fallida Revolución del 90, y que fundó la Unión Cívica y la Unión Cívica Radical. (info)

La escuela en la historia argentina, de Silvia Finocchio, Editorial Edhasa, 216 págs. $60. Una historia de la educación argentina, desde sarmiento a la actualidad, desarrollada a partir de las revistas educativas y de los Anales de la Educación. (info)

Historia de la inmigración en la Argentina, de María Bjerg, Editorial Edhasa, 188 págs. $60. A partir de cinco casos reales, la autora narra el proceso que debieron atravesar los inmigrantes al llegar a la Argentina. El choque cultural inicial, la extrañeza ante hábitos y costumbres distintos y el lento proceso de asimilación. (info)

Artigas, la versión popular de la Revolución de Mayo, de Mario "Pacho" O'Donnell, Editorial Aguilar, 264 págs. $89. La clave de esta nueva biografía del “protector de los pueblos libres” es rescatar el rol del uruguayo en un proyecto de organización federal y popular, y enfatizar su rol primordial como líder de un proyecto latinoamericanista para las Provincias Unidas del Río de la Plata, distante de la historiografía convencional que ubica a Artigas como el arquitecto de la independencia de Uruguay. (info)

Buenos Aires, una sociedad que se transforma. Entre la Colonia y la Revolución de Mayo, de Mónica Alabart, María Alejandra Fernández y Mariana A. Pérez (compiladoras), Editorial Prometeo, 366 págs. $95. Los trabajos reunidos en este libro estudian distintos aspectos de la historia porteña entre los últimos años coloniales y las primeras décadas independientes. Colaboran Alina Silveira, Mariana A. Pérez, Daniel Santilli, Fernando Gómez, Pablo F. Martínez, Nora Souto, Lucas Rebagliati, Magdalena Candioti y Eugenia Néspolo y Ariel Morrone. (info)

Un asilo para los pobres. Los mendigos y sus historias de vida en el Buenos Aires del Siglo XIX, de José Luis Moreno, Prohistoria Ediciones. $41. El libro, que tiene como protagonistas a pobres y mendigos, reconstruye retazos de sus vidas a la par que repasa las políticas de las elites respecto a la pobreza, en un periodo de rápida modernización de la ciudad de Buenos Aires promediando el siglo XIX. Las breves y elocuentes historias de vida que aquí se documentan fueron elaboradas por autoridades del Asilo General de Mendigos, inaugurado en 1858, y componen un cuadro muy rico acerca de los individuos reclutados en la institución durante el primer año de funcionamiento. (info)

Historia de América Latina. De la Colonia al Siglo XXI, de Loris Zanatta, Editorial Prometeo, 288 págs. $88. Se trata de un análisis de la historia de Argentina, México, Brasil y Cuba, especialmente de la segunda mitad del siglo XX. El autor señala el papel liberalismo, el nacionalismo, la democracia y la revolución, y subraya particularmente la significación del catolicismo en las creencias, la sociedad y la cultura. (info)

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