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EL HISTORIADOR - Gaceta histórica
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La Gaceta histórica

El año del Bicentenario es una excelente ocasión para recordar los valores y los sueños de quienes desde mayo de 1810 y a lo largo de estos doscientos años se atreven a pensar que un mundo mejor es posible y luchan por alcanzarlo.

El equipo de El Historiador se suma a los festejos conmemorativos de aquel primer gobierno patrio, con el compromiso de siempre: intentar que la historia argentina sea un bien de todos y estimular la reflexión y el amor por nuestro pasado para contribuir a fortalecer los cimientos del futuro.

Queremos agradecer a nuestros lectores, que con preguntas y comentarios nos ayudan a crecer y a mejorar nuestra página, y a quienes recomiendan nuestros artículos y nuestra Gaceta -el mejor premio al que podemos aspirar-, ayudándonos a mantener vivo el ideal de Mayo de difundir la educación y la cultura.

Hacemos nuestra la preocupación de Mariano Moreno, quien alarmado por el alto analfabetismo de la población, advertía en 1810: Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”.

Felipe Pigna
Infografía - 17 de agosto de 1850

Sobre nuestra página

Queremos compartir con nuestros lectores que este año El Historiador obtuvo el premio Mate.ar 2010 de plata en la categoría “arte y cultura”, un reconocimiento a todo el trabajo que venimos realizando desde hace ya varios años.

Nuestra página contiene infografías temáticas donde se desarrollan diversos temas (25 de Mayo, la Independencia, el 12 de octubre, el día de la tradición, Manuel Belgrano, José de San Martín y Domingo Sarmiento, 24 de marzo y Guerra de Malvinas) y una cronología multimedia animada que recorre la historia del país y del mundo entre 1776 y 2010, con fotos, mapas, videos, audios y fragmentos musicales. Constituye un paseo ágil y ameno por la historia a lo largo de más de doscientos años de historia. El Historiador también incluye una lista de los gobiernos y gabinetes del territorio nacional desde la fundación del virreinato del Río de la Plata hasta 2010, e información sobre instituciones terciarias y universitarias para estudiar historia.

Las secciones Publicidades y Humor históricos constituyen nuevas perspectivas para abordar la historia a lo largo del siglo XX. Pueden consultarse también las secciones de biografías, entrevistas, audios, filmografía, artículos, documentos, efemérides, estadísticas poblacionales, tasas de analfabetismo e información mundial sobre desempleo, PBI e indicadores ambientales. La página además ofrece con un servicio gratuito de respuesta sobre temas relacionados con la historia del país.

El Historiador tiene su registro ISSN (Internacional Standard Serial Numer), otorgado por el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT), un organismo creado por el CONICET para brindar servicios sobre información y documentación científica y tecnológica.

La página ofrece también un servicio gratuito mensual, La gaceta histórica, que desde hace cinco años acerca a sus lectores documentos históricos relevantes, las efemérides destacadas del mes, curiosidades y hallazgos históricos recientes, información sobre lanzamiento de libros, detalles sobre muestras, obras, películas y concursos relacionados con la historia e información sobre nuestros cursos, charlas, libros y novedades. Lo invitamos a recorrerla…

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Efemérides

» Las destacadas del mes

1º de agosto de 1776
Carlos III, rey de España, crea el Virreinato del Río de la Plata.

3 de agosto de 1492
El almirante Cristóbal Colón zarpa con las tres carabelas de España, Pocos meses después, sin saberlo, se toparía con un nuevo continente, América.

4 de agosto de 1976
Monseñor Enrique Angelelli, obispo de La Rioja, aparece muerto en la ruta 38 de esa provincia. Cada vez es más firme la hipótesis que indica que fue asesinado por la dictadura miliar.

6 de agosto de 1824
Las tropas patriotas –al mando de Simón Bolívar, Mariano Necochea y Manuel Isidro Suárez- vencieron a las realistas en la batalla de Junín.

6 de agosto de 1945
Bombarderos estadounidenses lanzan sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica.

9 de agosto de 1945
Estados Unidos lanza una segunda bomba atómica que destruye Nagasaki, en Japón.

12 de agosto de 1806
Día de la reconquista de Buenos Aires. Los ingleses se rinden tras una encarnizada lucha por las calles de la ciudad.

15 de agosto de 1812
Se proclama en la Plaza Mayor de Madrid la Constitución promulgada por las Cortes de Cádiz.

16 de agosto de 1570
Mediante cédula real se establece la Inquisición en las Colonias de América.

17 de agosto de 1850
Muere en Boulogne-Sur-Mer, Francia, el general José de San Martín.

17 de agosto de 1961
El presidente estadounidense John Kennedy inaugura la Alianza para el Progreso.

18 de agosto de 1848
Camila O’Gorman y Uladislao Gutiérrez fueron fusilados en Santos Lugares por orden de Juan Manuel de Rosas.

22 de agosto de 1972
Tiene lugar “la masacre de Trelew”.

23 de agosto de 1812
El ejército patriota a las órdenes del general Manuel Belgrano se retira de Jujuy en dirección a Tucumán en lo conoce como el “éxodo jujeño”.

23 de agosto de 1927
Los anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti son ejecutados en la silla eléctrica de la penitenciaría de Charleston, Massachussets, Estados Unidos. Fueron encontrados culpables del asesinato. Cincuenta años más tarde, Mitchell S. Dukakis, entonces gobernador de Massachussets, reconoció que eran inocentes y que fueron condenados por sus convicciones políticas.

23 de agosto de 1994
Se sanciona en Santa Fe la reforma de la Constitución Nacional.

24 de agosto de 1899
Nace en Buenos Aires Jorge Luis Borges.

26 de agosto de 1810
La Junta de Gobierno instalada en Buenos Aires ordena el fusilamiento de los contrarrevolucionarios  Santiago de Liniers, Juan Gutiérrez de la Concha, Santiago de Allende, Victorino Rodríguez y Joaquín Moreno.

29 de agosto de 1533
Francisco Pizarro ordena ejecutar a Atahualpa.

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El Rescate

Esta sección está destinada al rescate de documentos históricos trascendentes tanto para la investigación histórica como para el estímulo de la reflexión presente. El material seleccionado –cartas, artículos, entrevistas– se encuentra en sintonía con algunas de las más destacadas efemérides del mes.

Todavía causa víctimas la bomba de Hiroshima

El 6 de agosto de 1945, por orden del presidente estadounidense Harry Truman bombarderos estadounidenses lanzaron sobre la ciudad japonesa de Hiroshima la primera bomba atómica con uso militar no experimental. La bomba dejó aproximadamente 140.000 personas, unos 70.000 heridos y una ciudad desvastada. Reproducimos a continuación un artículo publicado en la revista Caras y Caretas siete años de la detonación sobre los efectos de la bomba atómica.
Fuente: “Todavía causa víctimas la bomba de Hiroshima”, por Pierre Durel, Revista Caras y Caretas, Año LIV,  Nº  2153, Buenos Aires, noviembre de 1952.

La bomba atómica lanzada hace siete años sobre esta ciudad continúa aún haciendo víctimas. Antes de la guerra, Hiroshima, con sus 400.000 habitantes, era la séptima ciudad del Japón. El 6 de agosto de 1945 sus habitantes se dirigían a sus quehaceres. Eran las ocho y lucía un sol radiante. Algunos segundos más tarde la ciudad era un amasijo de cenizas, techos hundidos y restos. La primera bomba atómica había estallado a unos quinientos metros fuera de la ciudad. Los sobrevivientes la bautizaron con una palabra que significa "nada". El sol se puso color ladrillo. Poco después, lluvias torrenciales, provocadas sin duda por la explosión, caían sobre el infortunado despojo urbano.

Todavía no se sabe hoy el número exacto de víctimas. Según algunas estadísticas japonesas, el número de muertos debe fijarse entre doscientos y doscientos cincuenta mil.

La ciudad está hoy reconstruida. Crece el césped y se multiplican las flores, porque la naturaleza olvida. Pero los habitantes que escaparon por milagro a la muerte no pueden olvidar. El 6 de agosto último se reunieron ante un monumento erigido en el centro de la ciudad para rogar por el alma de los caídos. Se les había pedido a todos los escultores japoneses que presentaran proyectos de ese monumento. El que fue elegido sirvió para esculpir una muñeca, réplica aumentada de las que los japoneses colocaban en la tumba de sus seres queridos. La inscripción dice sencillamente: "Dormid en paz. No se cometerá más este error."

"NO QUEREMOS BASES ATÓMICAS EN EL JAPÓN"
La prensa japonesa, liberada desde la entrada en vigor del tratado de paz, ha publicado en las últimas semanas artículos e informaciones para dar cuenta al público de "las atrocidades que ellos (es decir, los norteamericanos) han cometido". Hasta ahora no se había podido divulgar la doble experiencia de la bomba atómica. Asahi, uno de los diarios más importantes, que tira cinco millones de ejemplares, preparó un número especial, cuya primera edición se vendió en un abrir y cerrar de ojos. Se ven en ella cadáveres carbonizados de hombres y, sobre todo, de mujeres y niñas. Sus rostros, o lo que queda de ellos, aparecen contraídos por el dolor. Los heridos tratan de salir de los cráteres llenos de cadáveres. Hay una foto de una mujer con la cara tumefacta que da el pecho a un niño cuyo cráneo está cubierto por las pústulas radiactivas. Y entre tanta foto de horror, ésta sensacional que publicamos.

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Entrevista a Richard Nixon

El 8 de agosto de 1974 Richard Nixon, entonces presidente republicano de Estados Unidos, renunciaba a su cargo al verse involucrado en el “caso Watergate”. El escándalo estalló en 1972 cuando cinco hombres fueron sorprendidos y detenidos en el Comité Nacional del Partido Demócrata, ubicado en el complejo Watergate de Washington D.C. Intentaban obtener archivos de los demócratas sobre las relaciones comerciales del hermano del presidente con el millonario Howard Hughes. Poco después, fueron acusados de haber entrado en la oficina para robar documentos, pinchar teléfonos e instalar micrófonosTras una larga investigación, el  4 de agosto, Nixon reconoció su participación en el encubrimiento de los hechos relacionados con la entrada en la oficina demócrata y cuatro días más tarde presentaba su renuncia a la primera magistratura. A continuación reproducimos una entrevista realizada poco antes de asumir la presidencia, en enero de 1969.

Fuente: Revista Primera Plana, Nº 317, 21  de enero de 1969, págs. 52-54.

Richard Nixon se confiesa

Esta semana, el lunes 20, asume su cargo el 37º Presidente de los Estados Unidos, en un momento de crisis para el mundo entero, incluida la primera potencia. A comienzo de enero, Richard Milhous Nixon, quien acaba de cumplir 56 años, recibió al periodista inglés Kenneth Harris: en esa entrevista, Nixon habló sobre su vida y sus ideas, con una libertad que nuca se había permitido.

Usted nació en California, en el seno de una familia de cuáqueros.

Nací en una pequeña localidad rural llamada Yorba Linda, a 48 kilómetros de Los Ángeles, en California. La familia de mi madre era cuáquera, se llamaba Milhous y había dejado el condado de Kildare, Irlanda, en 1729. Mi padre también era irlandés. Su familia era metodista, pero al casarse con mi madre se convirtió en cuáquero.

Cuando nací, mi padre poseía una explotación agrícola de naranjales y limonero o, si usted quiere, era un hortelano. Había conducido tranvías en Columbus, Ohio. Pero como se había llenado de sabañones al manejar siempre sobre una plataforma al aire libre, se fue a manejar tranvías a la California del Sur, donde nunca hiela. Allí se encontró con mi madre.

Mi padre no alcanzaba a vivir con su explotación de frutales. Entonces, en 1922, cuando yo tenía 9 años, invirtió algunas de sus pequeñas economías en un almacén y en una estación de servicio situados en el pueblito de Whittier, más al Oeste. Hoy es un barrio de Los Ángeles.

¿Tuvo usted una infancia relativamente cómoda?

No. Fue muy dura. Cuando éramos niños, mi madre se levantaba al alba para cocinar las tortas que luego vendía en el almacén. Mi padre apenas lograba no perder dinero. Y nosotros, los muchachos, teníamos que darle una manito. Ayudábamos a preparar las comidas para que nuestros progenitores pudieran trabajar en el almacén. Y durante el tiempo libre trabajábamos para los granjeros del lugar. Cuando fuimos lo bastante crecidos nos hicimos cargo de la estación.

Luego, mi hermano mayor, Harold, a quien quería mucho, se enfermó de tuberculosis. Le dije que tuve una infancia feliz pero también he conocido las penurias que salpican la vida de la mayoría de las gentes. Mi madre llevó a Harold a Arizona, donde el clima era más seco. Para pagar la pensión de los dos, trabajaba en oficios muy humildes, tales como el de cocinera y lavandera. Mi padre pagó al médico sus honorarios con la venta de la mitad del terrenito donde estaba construido el almacén. Durante ese tiempo, mi hermano más joven, Arthur, murió de meningitis tuberculosa a los 7 años. Cuando Harold volvió siempre estaba enfermo, pero teníamos la esperanza de que se curaría. Un día, cuando parecía que estaba mejor, me pidió que lo acompañara a la ciudad para comprar un regalo a mi madre. Una mezcladora eléctrica. Lo llevé, compró la batidora, lo traje de vuelta y me fui a la escuela. Quince minutos más tarde, un profesor vino a buscarme y me dijo que debía regresar a la casa porque Harold acababa de morir. Mis padres dieron prueba de un gran coraje. Adoptaron la actitud del cuáquero convencido de su fe. Recuerdo que mi madre decía durante el entierro que a veces es difícil comprender los designios de la Providencia pero que ella sabe lo que hace.

Yo no poseo esa resignación de mis padres y no participo totalmente de esta filosofía. Pero su paciencia, su coraje, su voluntad de no dejarse abatir, sea cual fuere la tensión física  emocional, son una de las cosas más hermosas que jamás he visto. Y eso me sostuvo, por cierto, en los momentos difíciles. Y me sostendrá siempre.

¿Usted dice que no tiene la resignación de sus padres?

Más precisamente la de mi madre. Ella guardaba todo en su interior con un control admirable. Papá algunas veces nos castigaba pegándonos. Mamá, nunca. Pero un día en que mi hermano fue sorprendido haciendo una cosa prohibida vino hacia mí y me dijo: “Mamá sabe todo. Pero dile por favor que me pegue. No la dejes hablar”. Ella nos hablaba suavemente y eso era peor que un suplicio.

¿Fue en la Universidad de Whittier donde usted decidió hacerse político?

¡Oh, no! Si usted habla con algunos camaradas míos de esa época le dirán que yo era un muchacho muy reservado, muy introvertido, como para que se pudiera pensar en que me convertiría en un político. No. Enseguida tuve la sensación de que me gustaría ser un abogado.

¿Qué le atraía en esa profesión?

Siempre fui un buen “discutidor”. Aun cuando era muchachito me gustaba hablarles a las gentes, disputar, marcar los puntos, salir a la palestra. Pensaba que en la profesión de abogado era donde mejor se utilizaba el arte del debate. A los 10 años, una de mis tías me hizo un regalo de cumpleaños: un libro de historia norteamericana. Estaba lleno de héroes. No había militares. Todos los héroes parecían ser abogados.

En 1933, al salir de la Universidad de Whittier, elegí el foro y obtuve una beca en la Universidad de Duke,  en Carolina del Norte. Jamás hubiera podido ir a la Universidad de Duke sin esa beca. Para mí fue una gran suerte. Tenía miedo de no poder recibirme de abogado. Al ver mi aire de preocupación y las horas extras que empleaba en trabajar, mis amigos me bautizaron con el sobrenombre de Gloomy Gus (Gus el Siniestro). Pero llegué, a pesar de todo, a ser lo que quería. Mi madre, como mi abuela de 87 años, recorrieron 4.300 kilómetros en automóvil para asistir a la entrega de mi diploma.

Intenté entrar en un gran estudio de abogados neoyorquinos. Pero a pesar de haber egresado de Duke con un puntaje destacado, fracasé. Era un extranjero, no conocía a nadie en esos estudios y la lucha resultó dura. Luego deposité, sin éxito, una solicitud para abogado consejero en el FBI. Entonces volví a Whitter y me instalé, con mi traje bien planchado de sarga azul, como miembro de uno de los más viejos estudios de la ciudad, que contaba con 25 mil habitantes.

¿Se interesaba en la política?

No. Precisamente, no. En aquel momento mi ambición se limitaba a convertirme en el muchacho del lugar que había triunfado y, sobre todo, a convencer a una muchacha llamada Pat Ryan de que se casara conmigo. Pat había llegado a Whitter como maestra de escuela. Nos casamos en junio de 1940, nos instalamos en un garaje y continuamos trabajando los dos. Necesitábamos dinero.

Me ocupaba de muchas actividades locales. Interpretaba pequeños papeles en una compañía de teatro de aficionados. Allí fue donde encontré a mi mujer. Yo pertenecía a la reciente Cámara de Comercio. Usted bien sabe lo que eso significa. Como ocurre a menudo, las gentes del lugar me dijeron: “¿Por qué no hace política?” En 1940, inspirado por Wendell Wilkie, pronuncié en la localidad varios discursos para apoyarlo. Luego llegó la guerra y me alisté en la Marina.

¿Cómo cuáquero hubiera podido ser un objetor de conciencia?

Hubiera podido serlo. En un sentido estricto debería haberlo sido. Mi tío lo había sido durante la Primera Guerra Mundial. Pero yo sabía lo que estaba en juego en la Segunda Guerra. Entonces decidí incorporarme.

¿Cómo entró en la política?

Por una invitación. Y fue una invitación muy agradable. En 1945 en mi circunscripción, una nueva ola de republicanos intentaba hacer triunfar sus puntos de vista contra los de los viejos republicanos establecidos en la región. Eran, si usted quiere, jóvenes republicanos aficionados que se levantaban contra los profesionales.

En mi circunscripción, un comité de selección, compuesto por alrededor de cien miembros, rechazó varias candidaturas y luego se puso de acuerdo para proclamar a un hombre llamado Walter Dexter, Director de Enseñanza en California. Dexter no quería presentarse. Pero se acordó de uno de sus alumnos de la Universidad de Whittier, pensando que sería un buen candidato. El viejo alumno era yo. Entonces, los republicanos me llamaron a Baltimore, donde yo estaba disponible. Hablé con Pat y ella me respondió: “Acepta”.

En alguna parte he leído que usted derrotó a un demócrata muy asentado, agitando, durante esa campaña electoral, el espantajo del comunismo.

Se ha exagerado un poco. Como muchos republicanos, insistí sobre el hecho de que los dirigentes políticos norteamericanos, hombres de Estado, Senadores, Diputados y aun los Alcaldes, no debían aceptar el vasallaje de los grupos sometidos a la influencia e los hombres políticamente hostiles a los Estados Unidos y que no deberían tener con ellos ningún lazo conocido y oculto. Durante mi campaña señalé, en numerosas oportunidades, el hecho de que mi adversario se beneficiaba con la investidura del Comité de Acción Política de la gran central sindical CIO. Ese comité incluía a muchos comunistas notorios. Públicamente debatí con mi adversario y lo interrogué sobre el caso. Las preguntas directas que le dirigía sobre la política y las afiliaciones de algunos de sus sostenedores fueron consideradas por varios de sus partidarios como una ofensa. No las eran…Gané esta elección y, en enero de 1947, partí para Washington como uno de los representantes de California a la Cámara baja.

Para algunos, usted aprobó la caza de brujas iniciada por el senador Joseph McCarthy. Para otros, usted contribuyó a vencerlo. ¿Cuál es la verdad?

¿Recuerda el clima de 1952? ¿Hasta qué punto los Estados Unidos vivían preocupados por el comunismo? Otros países también se sentían comprometidos ante la subversión comunista. Pero muchos republicanos como yo se preocupaban por los efectos negativos que podría provocar una mala orientación de esta inquietud. Yo pensaba que el senador McCarthy compartía precisamente ese resquemor. La cuestión era saber qué haría él. ¿Había que desanimarlo – a él y a otros como él – o alentarlo diciéndole que hacía más mal que bien?

Durante la campaña de 1952, cuando yo postulaba la vicepresidencia, persuadí al senador McCarthy de que no me ayudase. Desde el momento en que empezó a preguntárseme sobre McCarthy, respondí que para desembarazarnos de lo que se llamaba maccarthysmo era preciso llevar al poder una administración republicana capaz de resolver con rapidez y eficacia el problema de la infiltración comunista en el gobierno: era algo que las autoridades demócratas no habían conseguido.

En los dos años siguientes, el senador McCarthy adoptó posiciones cada vez más extremas y emprendió su célebre investigación sobre el Ejército. Dije públicamente que hubo hombres a quienes alabé en el pasado por su trabajo para desenmascarar a los comunistas; pero después esos hombres se pusieron a hablar a tontas y a locas y emplearon métodos discutibles, creándonos un problema mayor que la causa en la cual creían.

A menudo el Senador McCarthy decía: “¿Para qué preocuparse por ser justos cuando estamos disparando sobre ratas?”. Cierto día, en la televisión, me mostré de acuerdo con la idea de que los traidores eran ratas. Pero ya que se disparaba contra ratas, era necesario apuntar con justicia y no de cualquier manera. Porque cuando se apunta de cualquier manera se corre el peligro de errarle a las ratas y de alcanzar a una persona que también intenta matar ratas.

A partir de entonces, el senador enderezó sus ataques contra la administración Eisenhower: la colocó en el mismo saco que a las administraciones de Roosvelt y Truman, a las que llamaba “las décadas de la traición”. Rápidamente perdió terreno.

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San Martín y la entrevista de Guayaquil

El 17 de agosto de 1850 moría en Francia José de San Martín. Tras pelear en España contra las tropas napoleónicas, regresó a su patria en 1812. Tuvo su primera victoria a favor de la causa de la independencia de América en el combate de San Lorenzo, al frente de los Granaderos a Caballo. Más tarde, como parte de su estrategia de liberar Chile y Perú del dominio español, asumió la gobernación de Cuyo y organizó el Ejército de los Andes. Tras cruzar la cordillera, obtuvo las victorias de Chacabuco, en 1817, y de Maipú, en 1818, que aseguraron la independencia de Chile. En julio de 1821 entró en Lima, Perú, y el 28 de ese mes declaraba la independencia de ese país. Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 tuvo lugar la famosa entrevista de Guayaquil, en Ecuador, entre los generales José de San Martín y Simón Bolívar. Para recordarlo reproducimos el relato sobre aquel encuentro evocado por el general Jerónimo Espejo, quien formó parte del Ejército de los Andes y participó en batallas como Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú.

Fuente: San Martín visto por sus contemporáneos, José Luis Busaniche, Instituto Nacional Sanmartiniano, Buenos Aires, 1995.

Voy a hacer referencia para que nuestros compatriotas conozcan este hecho hasta en sus minuciosidades. Mas, no obstante conservarlas frescas en la memoria, cual sucede por lo general con toda ocurrencia que hondamente impresionan en la juventud, algunos años después escribí al coronel don Rufino Guido pidiéndole datos sobre el particular, como testigo presencial que había sido en esa ruidosa escena y tuvo la amabilidad de responderme con lo que sigue, cuya descripción autógrafa conservo original entre mis papeles. Ella refiere: “Que tan luego como el general San Martín llegase a Puná y se le instruyera de la situación, le ordenó embarcarse en un bote con doce remeros, encargándole fuese a felicitar al Libertador por su feliz arribo y anunciarle que al siguiente día tendría el gusto de hacerle una visita. A vela y remo navegó toda esa noche llegando a Guayaquil como al mediodía, y en acto de desembarcar se encaminó a la morada de Bolívar a cumplir su comisión”.

Presentado a éste, fue recibido del modo más cumplido y caballeresco; y así que le expresó la enhorabuena que le dirigía el general San Martín por su intermedio, contestó: “Que estimaba mucho la atención y el anuncio de la visita, que podría haber excusado, pues que él ansiaba por verlo; que inmediatamente iba a mandar dos ayudantes que le encontrasen en su camino a darle la bienvenida en su nombre y que le acompañaran hasta el puerto. En seguida ordenó se le sirviera un buen almuerzo. Le hizo muchas preguntas sobre distintas cosas y, terminado el desayuno, se despidió para regresar con la respuesta, esparciéndose por la ciudad como la luz del relámpago la noticia de la llegada del general San Martín.

”A su regreso a la Macedonia, encontróla cerca de Guayaquil, y cuando subió a bordo, ya vio allí los dos edecanes que le indicara el Libertador, dando cuenta al general de su comisión e instruyéndole de cuanto había ocurrido y observado”.

”Poco rato después, fondeó la goleta en el puerto, y algunos momentos más tarde llegaron otros dos edecanes de Bolívar a saludar de nuevo a San Martín, y a anunciarle en su nombre que deseaba verle cuanto antes. Como desde la mañana todos estaban listos para desembarcar, lo verificaron por el muelle que hay frente a la casa del señor Luzárraga en que debía hospedarse. El general bajó a tierra con toda su comitiva, y desde el muelle hasta aquélla se hallaba formado un batallón de infantería en orden de parada, el que hizo los honores correspondientes a su alto rango”.

“Bolívar, de gran uniforme y acompañado de su estado mayor, lo espraba en el vstíbulo de la misma y al acercarse San Martín, se adelantó unos pasos y, alargando la diestra, dijo: ‘Al fin se cumplieron mis deseos de conocer y estrechar la mano del renombrado general San Martín’. Este contestóle congratulándose también de encontrar al Libertador de Colombia, agradeciendo tan cordial demostración, pero sin admitir los encomios. Juntos subieron la escalera, siguiéndole ambas comitivas, hasta el gran salón de la casa en que tomaron asinto. En seguida se retiró el batallón que había hecho los honores, dejando a la puerta una guardia de honor mandada por un oficial.”

“Bolívar presentó a los generales que le acompañaban, principiando por Sucre, y a  pocos momentos, empezaron a entrar las corporaciones de la ciudad a felicitar a su nuevo huésped. Luego apareció un grupo considerable de señoras con igual objeto, dirigiéndole una alocución la matrona que las encabezaba. San Martín contestó con aquella cortesana galantería con que acostumbraba tratar al bello sexo, y pasado un momento de silencio, adelantándose una joven como de diez y siete años, dirigió a éste, (que al lado del Libertador se mantenía en medio de la sala) un discurso lleno de encomios patrióticos, y al concluir colocó sobre sus sienes una corona esmaltada de laurel. Sonrojado por su natural modestia con aquella demostración inesperada, quitándosela con aire de simpática amabilidad, expresó a la señirita que estaba persuadido que él no merecía semejante muestra de distinción; pues había otros cuyo mérito era más digno de ella; pero que tampoco pensaba deshacerse de un presente de tanto mérito, ya por las manos de quien venía, como por el patriótico sentimiento que lo había inspirado, y que se proponía conservarlo como uno de sus más felices días. Terminada aquellla escena, se retiraron las corporaciones, la reunión de señoras y el cuerpo militar, qeudando el Libertador con sólo dos edecanes. Los coroneles Guido y Soyer invitaron a éstos a pasar a otra habitación a efecto de dejar solos a los dos grandes personajes que tanto habían ansiado verse reunidos.”

“Ellos cerraron las puertas por dentro y los edecanes estaban a la mira de que nada les interrumpiera; así permanecieron por hora y media, siendo este el primer acto de la entrevista, que según la expresión de ambos, había sido por tanto tiempo deseada.”

Callan los apunto que voy reproduciendo, acerca de los tópicos de que se ocuparon en esta vez, ni si el general San Martín, en la condición reservada que le era característica, en ese día o siguientes, se le escapara el más leve indicio sobre la materia.

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El éxodo jujeño

El 23 de agosto el ejército patriota a las órdenes del general Manuel Belgrano comienza el heroico éxodo del pueblo jujeño en dirección a Tucumán en lo conoce como el “éxodo jujeño”. Ante la inminencia del avance de un poderoso ejército español desde el norte al mando de Pío Tristán, el 29 de julio de 1812, Belgrano emite un bando disponiendo la retirada general. La orden de Belgrano era contundente: había que dejarles a los godos la tierra arrasada: ni casas, ni alimentos, ni animales de transporte, ni objetos de hierro, ni efectos mercantiles. Para recordar este heroico episodio transcribimos a continuación el bando de Belgrano y unos fragmentos del libro Jujuy. Apuntes de su historia civil.
Fuente: Carrillo, Joaquín, Jujuy. Apuntes de su historia civil, Universidad de Jujuy, Jujuy, 1989, pág. 142-149.

Los días fastos en que el pueblo conmemoraba los sucesos nacionales habían ya sido cambiados. (…) En vez del natalicio de los reyes, comenzaba a marcarse en el calendario popular la festividad nacional del 25 de mayo, día de libertad y de esperanzas. Jujuy debía celebrarlo con pompa y solemnizarlo con una ceremonia memorable, que cumplió con entusiasmo sin igual en los períodos de sus glorias y sus trabajos. El 25 de Mayo era ocasión de reanimar con formalidades tocantes el espíritu que había comenzado a levantarse con la marcha del ejército sobre los territorios antes abandonados. El sentimiento patriótico de Belgrano tuvo fecundidad en la invención de una ritualidad patriótica para herir el corazón de los pueblos y retemplarlos en la fatiga, sublimándolos para el sacrificio en el ardor de las más rudas batallas.

Aquel día (25 de mayo de 1812) el ejército apareció de pie, en formación, cuando el horizonte, tiñéndose del albor esparcido por los rayos del sol naciente, parece abrirse como inmensa cortina, para que desperado el orbe eleve sus cánticos: en aquel momento resonó en la plaza municipal de Jujuy un himno enfático al Dios de la Libertad de América. Lo entonaba aquel pueblo cuyas masas alternaban con las compañías en organizaciones del ejército de Belgrano, y de cuya fraternización en el culto patriótico de aquel día, debía nacer la común resolución de mantener el juramento de ser libres. (…)

Aquel pueblo, que así se estremecía de júbilo, que por la multitud agrupada dejaba escapar las aclamaciones generales, y que por sus autoridades y Cabildo transmitía al jefe su incontrastable resolución de arrostrar el conjunto de los sacrificios que la causa imponía, aquel pueblo llenaba las cuadras designadas a sus bisoños soldados ciudadanos, con que se organizaba el Regimiento Nº 6, y cuya bandera, bendecida el 25, fue también mandada ocultar por el Gobierno. Belgrano la guardó con cariño para legarla al pueblo de Jujuy el día en que fuese coronada por los laureles de la victoria.

Cochabamba caía, cuando en Jujuy se enarbolaba y bendecía la bandera argentina, y se rehacía un tanto aquel ejército, aumentado por el número 6 de jujeños.

Manifiesto era que el itinerario de Goyeneche sería el día después de su triunfo sobre el pueblo de Cochabamba, el que lo condujese hasta los fogones del campamento de Belgrano, o a los tesoros abandonados de las provincias del valle argentino. Terminaba julio, y las avanzadas enemigas eran seriamente reforzadas. A los patriotas les vinieron también algunos fusiles, con los que prepararon a hacer algo, siguiendo a su jefe, que prefirió una retirada, como lo ordenaba el gobierno, y el abandono al enemigo de las poblaciones y ciudades de Jujuy y Salta. Pero no fue tan solo una retirada militar; ordenó un abandono del país a todos sus habitantes; un levantamiento de todo objeto de recursos, o su destrucción, si no era fácil su transporte.

El bando con que precedió su marcha retrógrada fue terrífico e hizo estremecer de ansiedad y amargura a la sociedad de Jujuy. Lo insertamos íntegro por su originalidad, y efectos que produjo.

Bando de Belgrano

“Don Manuel Belgrano, general en jefe…  Pueblos de la Provincia: Desde que puse el pie en vuestro suelo para hacerme cargo de vuestra defensa, en que se halla interesado el Excelentísimo Gobierno de las Provincias Unidas de la República del Río de la Plata, os he hablado con verdad. Siguiendo con ella os manifiesto que las armas de Abascal al mando de Goyeneche se acercan a Suipacha; y lo peor es que son llamados por los desnaturalizados que viven entre vosotros y que no pierden arbitrios para que nuestros sagrados derechos de libertad, propiedad y seguridad sean ultrajados y volváis a la esclavitud.

”Llegó pues la época en que manifestéis vuestro heroísmo y de que vengáis a reunirnos al Ejército de mi mando, si como aseguráis queréis ser libres, trayéndonos las armas de chispa, blanca y municiones que tengáis o podáis adquirir, y dando parte a la Justicia de los que las tuvieron y permanecieren indiferentes a vista del riesgo que os amenaza de perder no sólo vuestros derechos, sino las propiedades que tenéis.

”Hacendados: apresuraos a sacar vuestro ganado vacuno, caballares, mulares y lanares que haya en vuestras estancias, y al mismo tiempo vuestros charquis hacia el Tucumán, sin darme lugar a que tome providencias que os sean dolorosas, declarandóos además si no lo hicieseis traidores a la patria.

”Labradores: asegurad vuestras cosechas extrayéndolas para dicho punto, en la inteligencia de que no haciéndolo incurriréis en igual desgracia que aquellos.

”Comerciantes: no perdáis un momento en enfardelar vuestros efectos y remitirlos, e igualmente cuantos hubiere en vuestro poder de ajena pertenencia, pues no ejecutándolo sufriréis las penas que aquellos, y además serán quemados los efectos que se hallaren, sean en poder de quien fuere, y a quien pertenezcan.

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Noticias

“A Prats lo mandó matar la CIA”

Manuel Contreras, ex jefe de la DINA (policía secreta del gobierno de Pinochet), aseguró en una entrevista en el canal Chilevisión aseguró que ¡Al general Prats lo mandó matar la CIA”. Prats, quien fuera jefe de las Fuerzas Armadas durante el gobierno de Salvador Allende, fue asesinado en Buenos Aires en septiembre de 1974, en el marco del Plan Cóndor, un plan de coordinación de la represión de las dictaduras de la región.

Fuente: Diario Página/12, domingo 1º de agosto de 2010.

Encuentran en España un esqueleto de una joven de la Edad de Bronce

El hallazgo se produjo en Burgos, España, en el yacimiento arqueológico de Atapuerca, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde tras nuevas excavaciones se encontraron los restos de una joven de la Edad de Bronce (4000 años) que fuera enterada con un ajuar funerario.

Fuente: Diario La Nación, sábado 26 de junio de 2010.

Retiran una estatua de bronce de Stalin de Gori, su ciudad natal

La estatua, uno de los últimos símbolos soviéticos, había sido colocada en 1952 en la plaza principal de Gori. La estatua será enviada ahora a un museo, en el que se exhiben documentos, objetos personales, botas y otros elementos del líder soviético. La entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) estuvo colmada de estatuas de Stalin hasta 1956, cuando Nikita Kruschev, máximo dirigente soviético entre 1953 y 1964, inicio el proceso de desestalinización. El autor del proyecto y viceprimer ministro fundamenta la decisión: "Por sus acciones, Stalin no puede ser considerado georgiano. Stalin es uno de los fundadores de la URSS, verdugo de millones de personas, incluidos georgianos".

Fuente: info
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Difusión

Muestras

  • Muchas voces, una historia. Argentina 1810-2010, una exposición permanente de la Casa del Bicentenario, que a través de una video-instalación, recorre la historia del país con imágenes y sonidos, intentando dar cuenta de las complejidades y ambigüedades del relato histórico, expresando la pluralidad de voces y perspectivas de la sociedad. Lugar: Riobamba 985; horarios: de martes a domingo y feriados de 14.00 a 21.00 hs. Ingreso permitido hasta 30 minutos antes del cierre. Entrada libre. (info)*
  • Mural Bicentenario 1810-2010. Hasta diciembre la Biblioteca Nacional exhibirá el mural de Miguel Rep, que refleja las distintas etapas e hitos de la historia argentina, como la Revolución de Mayo, el período inmigratorio, el 17 de octubre de 1945 o las rondas de las Madres de Plaza de Mayo”. Lugar: Biblioteca Nacional: Agüero 2502; sala “Leopoldo Marechal”. Horarios: De lunes a viernes de 10 a 20 hs y sábados y domingos de 13 a 18 hs. (Diario Página/12, sábado 17 de abril de 2010; info)*
  • Mujeres. 1810-2010. Una exhibición sobre la participación de las mujeres a lo largo de la historia argentina.Lugar: Riobamba 985; horarios: de martes a domingo y feriados de 14.00 a 21.00 hs. Ingreso permitido hasta 30 minutos antes del cierre. Entrada libre (info)*
  • Huellas de la Revolución. El Museo Histórico Nacional exhibirá desde el 15 de septiembre documentos originales fundamentales en la historia argentina: la convocatoria al Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, la exigencia de renuncia a la junta presidida por el ex virrey del 24 y la creación de la Primera Junta. El lugar principal lo ocupa el petitorio del 25 de mayo para que se constituya una junta, con los nombres de quienes debían integrarla y las firmas de 409 vecinos que la respaldaban. Junto con los documentos originales se expone la bandera de Macha, que es la insignia argentina más antigua que se conserva y que perteneció al Ejército Auxiliar del Alto Perú comandado por Manuel Belgrano. Lugar: Museo Histórico Nacional. Dirección: Defensa 1600 - Parque Lezama - Entrada libre y gratuita. Bono contribución: $5. Abierto de miércoles a domingo de 11 a 18 horas. (info)*
  • El Museo Nacional de la Historia del Traje expone un recorrido por las diversas piezas de indumentaria desde el siglo XVII hasta nuestros días: con colecciones de ceremonia, de diario, deportes, play, fiesta, ropa interior y trajes regionales. También se exhiben bastones, sombrillas, sombreros, relojes y abanicos. Dirección: Chile 832, de 15 a 19 hs. Informes: 4343-8427. (Diario Clarín, domingo 21 de marzo de 2010; info)*
  • 1810, una exposición organizada con motivo del Bicentenario de la Revolución de Mayo con iconografía, mobiliario, vestimenta, platería y manuscritos e impresos, que brindan una aproximación a la vida cotidiana de la ciudad de Buenos Aires durante el siglo XIX y a los principales acontecimientos políticos, sociales y económicos de la época. Hasta el 26 de septiembre. Lugar: Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio de Saavedra. Dirección: Crisólogo Larralde 6309. Horario: Martes a viernes de 9 a 18 hs. Sábados, domingos y feriados de 10 a 20 hs. Entrada general: $1. Martes y miércoles, gratis. (Tel: 4572-0746 / 4574-1328; info)*
  • Los sonidos y las voces de mayo. Exposición de arte acústico que induce al visitante a pensar sobre los acontecimientos de mayo por medio del recurso auditivo. Los domingos, en la Sala Capitular, cada 20 minutos desde las 11:30 hasta las 18 hs. Bono contribución $1. Lugar: Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo. Visitas guiadas: Plaza de mayo, relato de la fundación, ingreso al museo por todas sus salas. Domingos 16.30 hs. Entrada $2. Dirección: Bolívar 65. Te. 4334-1782. (info)*
  • Prensa de la independencia argentina.  Exposición en la Plaza del Lector.  Un recorrido por las publicaciones periódicas de nuestro país desde la época colonial hasta 1830, centrada en la actuación e influencia de la prensa en los momentos fundacionales de nuestra historia, incluyendo las distintas corrientes de pensamiento y las polémicas que nutrieron sus páginas. La muestra podrá visitarse de agosto a septiembre de lunes a viernes de 10 a 20 hs. y sábados y domingos de 13 a 18 hs. Lugar: “Plaza del Lector”. Lugar: Biblioteca Nacional. Dirección: Agüero 2502. Tel.: .4808-6000. (info)*
  • Libros para pensar una  Revolución. Exposición de libros, facsimilares y manuscritos. El pensamiento que influyó sobre los revolucionarios de Mayo, la escritura de protagonistas y testigos sobre la Revolución, y el reflejo de Mayo en la producción intelectual posterior, desde las primeras generaciones a la actualidad. La muestra está acompañada por una exhibición de materiales de la Sala del Tesoro de la Biblioteca, con visitas guiadas los martes y jueves a las 15 hs. La muestra podrá visitarse hasta junio de lunes a viernes de 10 a 20 hs. y sábados y domingos de 13 a 18 hs. Lugar: Sala “Leopoldo Marechal”. Lugar: Biblioteca Nacional. Dirección: Agüero 2502. Tel.: .4808-6000. (info)*

Cine

  • Vincere (Italia-Francia), una película sobre Benito Mussolini y el horror del fascismo, que transcurre en el período previo a la Primera Guerra Mundial, entre 1907 y 1914, cuando un joven Benito Mussolini militaba en el Partido Socialista. Guión y dirección: Marco Bellocchio. Con Giovanna Mezzogiorno, Filippo Timi, Corrado Invernizzi, Fausto Russo Alesi, Michela Cescon, Pier Giorgio Bellocchio y Paolo Pierobon. Fotografía: Daniele Ciprì. Música: Carlo Crivelli. sobre el horror del fascismo, con todo su poder de seducción y manipulación, su integrismo, su violencia y su crueldad. (info)*
  • La cinta blanca, de Michael Haneke. Una película sobre las raíces del racismo. Cine Premier: Corrientes 1565. 4374-2113. Horarios: 14:10; 18:15 y 22:20. (Diario Página/12, Suplemento Radar, domingo 18 de abril de 2010; info)*

Teatro

  • 1810, una obra de Martín Coronado, con dirección de Eva Halac, sobre la gesta emancipadora de 1810. Una familia se ve fracturada por sus convicciones en un momento clave de la historia. Mientras unos se mantienen fieles a la corona española, otros miembros de la familia apoyan al pueblo nativo y a su búsqueda de libertad. Actúan: Ingrid Pelicori, Manuel Vicente, Pepe Monje, Paloma Contreras, Monina Bonelli, Darío Guersenzvaig y Marcos Martínez. Lugar: Teatro de la Ribera. Pedro de Mendoza 1821, Capital Federal. Horario: Domingos 12.30. Tel. 4302-9042. (info)*
  • Ala de criados, de Mauricio Kartun. Una historia sobre el telón de fondo de la Semana Trágica de enero de 1919. Actúan: Alberto Ajaka, Esteban Bigliardi, Rodrigo González Garillo y Laura López Moyano. Lugar: Teatro del Pueblo. Roque Sáenz Peña 943, Capital Federal. Horario: viernes y sábados a las 21:00; domingos a las 20:00hs. Tel. 4326-3606. (info)*
  • El secuestro de Isabelita, una obra de Daniel Dalmaroni sobre el mundo de la guerrilla urbana de los años setenta, analizando errores, ingenuidad y autoritarismo de la juventud militarizada de la época. Actúan: Viviana Suraniti, Mariano Bicain, Gabriel Kipen, Laura Agorreca, Ivana Averta y Gastón Courtade. Lugar: Teatro del Pueblo. Roque Sáenz Peña 943, Capital Federal. Horario: sábados a las 23:15. Tel. 4326-3606. (info)*
  • Rodolfo Walsh y Gardel, una obra de David Viñas sobre las últimas horas de Rodolfo Walsh, el autor Operación masacre y ¿Quién mató a Rosendo? Dirección: Jorge Graciosi. Actúa: Alejo García Pintos. Lugar: Teatro del Pueblo. Roque Sáenz Peña 943, Capital Federal. Horario: domingos a las 20:00. Tel. 4326-3606. (info)*

Visitas guiadas

  • El Ente Turismo del Ministerio de Cultura de Buenos Aires ofrece visitas guiadas especiales. Se trata de cuatro recorridos teatralizados, en los que actores recrean la historia de los diferentes lugares y personajes.
    • La Plaza de la Victoria”, un viaje de 200 años a través del tiempo, con escenario en la Plaza de Mayo, para recorrer el que fuera el centro de la vida social de Buenos Aires en el siglo XIX. Hasta noviembre: Sábados 15:30 Hs. Punto de encuentro: Plaza de Mayo.
    • Una tarde con Roberto Arlt” en Flores representa una travesía inolvidable en la que se entremezclan la realidad y la literatura, tras las huellas del hombre que conoce como nadie los secretos del barrio. Hasta noviembre: El tercer sábado de cada mes a las 15:30. Punto de encuentro: Yerbal 2217 (Entre Gavilán Y Caracas)
    • Los fantasmas de San Temo”, un recorrido fantástico por la historia oculta de San Temo, donde es preciso utilizar los cinco sentidos para abrirse y alcanzar una “experiencia paranormal”. Hasta noviembre: Jueves 20:00 hs. Punto de encuentro: San Telmo – Plaza Dorrego (Anselmo Arrieta y Bethlem. Frente al Palo Borracho)
    • Inmigrantes” propone recorrer la música, idiomas, costumbres y tradiciones que padres y abuelos trajeron al Puerto de Buenos Aires a fines de siglo XIX. Hasta noviembre: Domingos 11:30. Punto de encuentro: La Boca – Plazoleta Bombero  Voluntario (Lamadrid y Garibaldi) (Clarín, domingo 25 de abrilde 2010; info)*
* Se recomienda constatar vigencia de los eventos y cambios de horario.
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Lanzamiento de Libros

Guerra sucia, secretos sucios, de David Cox, Editorial Sudamericana. 314 págs. $62. El hijo Robert Cox narra en este libro la historia de su padre, quien desde las páginas del diario Buenos Aires Herald denunció secuestros, torturas y desapariciones perpetradas por los militares durante el último gobierno de facto. (Revista Ñ, sábado 17 de julio de 2010)

Silencio por sangre. La verdadera historia de papel prensa, de Daniel Cecchini y Jorge Mancinelli. $10. Una investigación sobre la complicidad entre la dictadura militar y los diarios Clarín, La Nación y La Razón para obtener el monopolio del papel de diario (Diario Sur, domingo 27 de julio de 2010)

La Historia del PRT-ERP por sus protagonistas, de Daniel de Santis, Editorial Vergara, 192 págs. $52. Un libro sobre la historia del PRT-ERP. (Diario Página/12,5 junio de 2010; info)

El peronismo I, de José Pablo Feinmann, Editorial Planeta. 744 págs. $109. El libro cubre el período que se extiende entre 1943 y el primer regreso de Perón, en 1973. (Revista Ñ, sábado 10 de julio de 2010)

Prensa argentina siglo XIX. Imágenes, textos y contextos, de Marcelo Garabedian; Sandra Szir y Miranda Lida, Editorial Teseo y Biblioteca Nacional. 116 págs.  El libro reúne tres investigaciones sobre los proyectos periodísticos que se desarrollaron durante el siglo XIX en la Argentina. (Revista Ñ, sábado 17 de julio de 2010; info)

Los últimos días de Salvador Allende, de Oscar Soto, RBA. 263 págs. $59. Se trata de la crónica minuciosa del 11 de septiembre de 1973, el día en que Chile se vio sacudida por un golpe de Estado, comandando por Augusto Pinochet, que derrocaría al presidente constitucional Salvador Allende, quien se suicidó en el Palacio de la Moneda. (Revista Ñ, sábado 17 de julio de 2010)

Silencio, Cuba. La izquierda democrática frente al régimen de la Revolución Cubana, de Claudia Hilb, Editorial Edhasa. 144 págs. $36. Un libro sobre la revolución en cada una de sus facetas, desde sus inicios hasta nuestros días. (Revista Ñ, sábado 10 de julio de 2010; info)

Aquellos hermosos años de mi juventud, de Ana Novac, Editorial Destino. 283 págs. $74. Se trata del único diario que sobrevivió a Auschwitz. (Revista Ñ, sábado 17 de julio de 2010)

Fascismo Trasatlántico. Ideología, violencia y sacralizad en Argentina y en Italia, 1919-1945, de Federico Finchelstein, Editorial Fondo de Cultura Económica. 376 págs. $86. Un libro sobre las conexiones entre el fascismo italiano y el argentino. (Revista Ñ, sábado 10 de julio de 2010)

En esta gran época. De cómo la prensa liberal engendra una guerra mundial, de Karl Kraus, Libros del Zorzal. 128 págs. $36. El libro reúne nueve artículos que Kraus publicó en La Antorcha, periódico que él mismo fundó en 1899 desde donde denunció las consecuencias nocivas del negocio de fabricar noticias, de la prensa liberal y de la exaltación de la guerra. (Diario Página/12, Suplemento Radar, domingo 27 de junio de 2010)

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