(Padre) Hernán Benítez


Publicada en Cristianismo y Revolución N° 25.
25 de julio de 1970. En VV.AA. Historia Gráfica de la Argentina Contemporánea.
Nuestro tiempo, N° 17.

¿No cree usted, Padre, que los curas del tercer mundo, con su prédica de violencia, son un poco responsables del asesinato de Aramburu?
En el fondo, del asesinato de Aramburu, más responsables que los curas del tercer mundo somos usted, yo, el cardenal Caggiano y el propio Aramburu. Porque, observe usted, los jóvenes señalados por la policía como ejecutores del hecho no son de extracción peronista. No son gente del pueblo. No son ni hijos ni parientes de los 29 argentinos, unos asesinados, otros ejecutados en junio del 56. Huelen a Barrio Norte, católicos de comunión y misa regular. Algunos, hijos de militantes de los comandos civiles, al caer el peronismo contaban de 5 a 10 años. Nacieron y crecieron oyendo vomitar pestes contra el peronismo.

¿Qué los lleva a reaccionar violentamente contra el medio social en que se acunaron?
A mi entender […] la convicción de que sólo la violencia barrerá con la injusticia social. Por las buenas jamás los privilegiados han cedido uno solo de sus privilegios. Estos jóvenes sienten, con una fuerza que no sentimos los viejos, la monstruosidad de que un 15% posea más bienes que el 85% restante. Viven en un estado de indignación y de irritación del que apenas podemos formarnos idea. Por eso son fervorosos del socialismo. No por fe en el sistema sino por castigar con él a sus padres individualistas. Por eso ven con buenos ojos al peronismo y reaccionan en contra de las pestes oídas contra él.

Pero, sólo en la selva se hace la justicia por propia mano. La civilización cuenta con organismos judiciales para juzgar los crímenes.
No, mi amigo […] Hable de la conculcación de la justicia. No son estos muchachos quienes introdujeron la ley de la selva. El responsable directo del genocidio de José León Suárez fue acusado y procesado. ¿Conoce usted el resultado? Cuando iba a efectuarse su prisión preventiva por orden del juez Hueyo, interviene el fuero militar. Pretexta que el acusado es coronel del Ejército, lo sustrae a la justicia civil, y nunca más vuelve a saberse del proceso. Se diluye en aguas de borrajas. Queda impedido enjuiciar el pasado de los “libertadores” De esta suerte a quien pretenda justicia sólo le queda la ley de la selva.

Pero, ¿no cree usted que quienes ejecutaron a Aramburu van mucho más allá del peronismo?
No me cabe la menor duda. Las ideas revolucionarias de nuestros jóvenes dejan muy atrás los ideales justicialistas. Estos guerrilleros de misa dominical, que juzgaron y condenaron a Aramburu, no conocieron por dentro al peronismo. Conocieron por dentro el antiperonismo. […] Padecieron el galopante deterioro de la economía, la entrega del país, el saqueo que nos están haciendo los monopolios yanquis, la prepotencia de militares que se constituyen en árbitros del destino de la República. Nuestros guerrilleros padecen algo peor todavía […] la proscripción del 80% de los argentinos, exiliados en su patria, sin representación, sin voz, ni voto. Y, para mayor escarnio, condenados a oír a cada rato a los solitarios del poder arrogarse la representación de todo el pueblo, cuando ese pueblo los abomina.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar