Las cosas por su nombre


Autor: Nino Ramella

La militarización de los aeropuertos es una característica de nuestro país que no se repite en muchos otros. En la Argentina la Policía Aeronáutica Nacional -nacida sólo para actuar dentro de la propia Fuerza- se dedica al control de pasajeros y envíos a pesar de que la ley le prohibe entrometerse en la seguridad interna de los ciudadanos. El escándalo de Southern Winds ha puesto sobre el tapete esta cuestión entre otras.

Pero no intento aquí abordar el grave tema del narcotráfico sino uno mucho más baladí e inofensivo, pero que es emblemático de esa apropiación indebida. Me refiero al nombre de nuestros aeropuertos. Desde que contratamos un vuelo -tanto doméstico como internacional- el Aeropuerto de destino es una referencia frecuente.

Ahora bien, si como dice Borges «el nombre es arquetipo de la cosa» los extranjeros que nos visiten pensarán que a este país sólo lo representan ignotos personajes con algún rango militar por modesto que fuere. Y lo que es peor, no podrán preguntarle a los argentinos sobre esos nombres, sencillamente porque la enorme mayoría de ellos no los conoce.

¿Quién los conoce?

Hagamos un test. Elijamos cien compatriotas al azar y preguntémosle quiénes eran el brigadier Bartolomé de la Colina (Aeropuerto Internacional de Mar del Plata), el coronel Felipe Vallese(Aeropuerto de Catamarca), el almirante Marco Andrés Zar (Aeropuerto de Trelew), el comodoro Pierrestegui (Aeropuerto de Concordia), el capitán Vicente A. Almonacid(Aeropuerto de La Rioja), el comodoro Ricardo Salomon (Aeropuerto de Malargüe), elaviador Carlos Campos (Aeropuerto de Chapelco), el brigadier mayor César Ojeda(Aeropuerto de San Luis), el vicecomodoro Angel de la Paz Aragonés (Aeropuerto de Santiago del Estero), el teniente Benjamín Matienzo (Aeropuerto de Tucumán), el comandante Espora (Aeropuerto de Bahía Blanca)…

Dejamos, claro está, otros como el General José de San Martín, el general Enrique Mosconi, el general Justo José de Urquiza, el Presidente Perón o Martín Miguel de Güemes que mayormente conocemos.

Hay otros nombres que sin ser militares resultan también desconocidos para la mayoría de la gente: Ministro Pistarini (Ezeiza), Ingeniero Aeronáutico Ambrosio Taravella (Córdoba), Dr. Fernando Piragine Niveyro (Corrientes), gobernador Horacio Guzmán (Jujuy), Francisco Gabrielli (Mendoza), S.A. Santiago Germano (San Rafael), gobernador Castello (Viedma), piloto civil Norberto Fernández (Río Gallegos).

Estas líneas no implican demérito alguno para los nombrados, que presumimos gente honorable y entregada al bien común. Pretendemos sí destacar dos cosas: la importancia que desde el punto de vista turístico podría tener la inclusión de nombres con alguna relevancia internacional y la certeza de que no sólo militares o funcionarios han contribuido a la construcción de este país.

Leonardo, Picasso, Neruda…

Llegamos a Roma (Fiumicino) al Aeropuerto Leonardo Da Vinci, a Río de Janeiro (El Galeao) al Aeropuerto Antonio Carlos Jobim, a Málaga al Aeropuerto Pablo Picasso. El secretario de Turismo de Chile lleva una cruzada para bautizar como Pablo Neruda al Aeropuerto de Santiago y como Gabriela Mistral al de la Serena. iquest;Necesitamos acaso que alguien nos explique quienes fueron? Claro que no. El orgullo de que hayan existido es también nuestro.

Con el respeto debido al ministro Pistarini me placería más llegar a mi país al Aeropuerto Carlos Gardel. Y aunque no compartan mi criterio los familiares del brigadier general Bartolomé de la Colina quisiera llegar a mi ciudad al Aeropuerto Astor Piazzolla que nació justo allí, en Mar del Plata, y que sigue deleitando al mundo entero con su inagotable talento.

Autor: Nino Ramella.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar