La Revolución de Mayo, según el representante español en Río de Janeiro


El 25 de mayo de 1810 -a poco de llegar a Buenos Aires la noticia de que Sevilla había caído en manos de las tropas de Napoleón- se formó  en Buenos Aires el primer gobierno patrio. Se iniciaba así el proceso revolucionario que desembocaría en la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816. Transcribimos a continuación la proclama del representante del gobierno español en Río de Janeiro, marqués de Casa Irujo, donde amenaza a Buenos Aires, si persiste en su actitud, y convoca a peruanos, chilenos y demás pueblos (españoles) a “vindicar el honor…comprometido por aquella mal aconsejada capital”.

Proclama del marqués de Casa Irujo a los habitantes de la América española, 16 de junio de 1810

Fuente: Mayo Documental, Tomo XI, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Buenos Aires, 1965, págs. 320-326.

(…) La misma pluma que voluntariamente se ejercitó en la defensa de vuestros intereses es la que traza ahora estas líneas dirigidas con la misma pureza y el mismo celo a conservar los eslabones preciosos que unen y deben unir a los españoles de ambos mundos; querer romper esta cadena de unión cimentada por concesiones tan varias como importantes a todos nosotros es un crimen abominable, pero intentar hacerlo, cuando la Metrópoli ha estrechado más y más estos vínculos de amistad por los actos repetidos de su justicia, cuando se halla empeñada en la lucha noble y generosa de defender su independencia y religión, cuando por sus sabias disposiciones ha identificado para decirlo así los españoles de ambos mundos, finalmente cuando por un proceder tan noble, resalta tanto lustre a los que tenemos la fortuna de llamarnos sus hijos, sería un detestable parricidio. (…)

Un error acreditado acaba de producir en Buenos Aires consecuencias que pueden ser funestas. Llega un buque de Gibraltar con noticias de España de principios de febrero. Se esparcen inmediatamente las de la entrada de los franceses en Andalucía, la toma de Sevilla, la retirada de la Junta Central, se exageran los actos de confusión y de desorden, propios de tales circunstancias, y porque una columna penetra hasta las cercanías de Cádiz, quiere darse la España por perdida, (…) y creyendo sin timón la nave del Estado y pronta a naufragar, se forma tumultuariamente una Junta de gobierno provisional con el fin de proteger según dicen los derechos de nuestro amado monarca el señor Don Fernando el Séptimo (…). …es posible que el temor de la anarquía haya hecho anticipar estas medidas recelando mayores inconvenientes, pero es un hecho se ponen en mayor riesgo los mismos derechos que se pretende defender…

Las guerrillas aun en las provincias (se refiere a la situación española) ocupadas nominalmente por los franceses (…) consiguen diariamente ventajas importantes, cortándoles las comunicaciones, privándoles a menudo de los víveres, tomando sus convoyes y arrancándoles de las manos los frutos de su incesante rapiña. Tal era en general la situación de España a mediados del mes de abril último. Tan lejos estaba de ser sojuzgada que la experiencia acreditaba más y más era inconquistable. (…)

Compárese pues este cuadro con la pintura sobre que se ha motivado la última revolución, pues es necesario llamarlo así, de Buenos Aires y se reconocerá fácilmente que los temores de aquel pueblo han sido tan infundados como injustas e impolíticas las medidas que se han adoptado en él. Habitantes de Buenos Aires: Miembros de su nuevo gobierno: Vuestras intenciones pueden haber sido laudables pero los medios que en el fervor de un celo imprudente habéis adoptado, aterran a los que como yo se interesan en vuestra suerte. (…)
A todo evento si Buenos Aires (…) olvida los sentimientos nobles que tanto la han distinguido hasta aquí, si persiste en una conducta que debe mancillar sus glorias pasadas y marchitar los emblemas de la victoria y del patriotismo que han adornado hasta ahora su frente, vosotros peruanos, chilenos y demás pueblos (españoles) de la América meridional, vosotros vindicaréis con vuestra fidelidad inalterable el honor, tan desgraciadamente comprometido, por aquella mal aconsejada capital…

Fuente: www.elhistoriador.com.ar