El verano en Mar del Plata en 1907


Compartimos aquí un artículo publicado en la Revista Caras y Caretas en marzo de 1907 que recoge los usos y costumbres de la visita veraniega a Mar del Plata, entre los que se destacaban los baños en el mar, los paseos por la rambla, los banquetes y bailes nocturnos, y la práctica de deportes.

Fuente: Revista Caras y caretas, Nº 439, 2 de marzo de 1907, págs. 58-60.

Todas las tardes afluye gran concurrencia de bañistas a las playas marplatenses. Allí no solo encuentran saludable deleite las personas mayores sino también los niños. El baño lleno de sales y lleno de oxígeno, es para todos un placer general. Al aire libre, bajo el hermoso sol, las horas transcurren en dulce placidez. El chapuzón está en auge y no goza de menos popularidad en el mundo infantil que entre la juventud y las personas serias. El que más el que menos, resuelve la espuma, retoza en el agua y refresca la piel, deleitándose en tan higiénicos y agradables ejercicios.

Los grandes arenales, acariciados por las salutíferas aguas del océano, atraen una enorme cantidad de entusiastas bañistas.

La playa de los pescadores que es también uno de los puntos más pintorescos de Mar del Plata, congrega de mañana y de tarde numerosas y distinguidas familias.

Con la frescura de las bellas mañanas y las salobres brisas que soplan por las tardes, la pintoresca rambla marplatense, se convierte en un obligado punto de reunión para la sociabilidad porteña. Las más distinguidas damas, los niños más gentiles, y los personajes más conspicuos de lo político, de la banca y del alto comercio, se reúnen allí para gozar de dos gratos placeres: la charla amena, que tonifica el ánimo, y el oxígeno puro; que vigoriza los pulmones.

Entre otras diversiones, los veraneantes se dedican al “golf», entretenido juego en donde algunas damas y algunos caballeros encuentran un pretexto para el “flirt”.

Los políticos como el señor Tornquist, hallan también descanso a sus fatigas oratorias, ejercitándose en agradables deportes de verano.

Así, con tales elementos de sociabilidad, se explica que las fiestas obtengan un éxito brillante.

La supresión de la ruleta ha contribuido a duplicar el interés que en años anteriores despertaban los paseos a las inmediaciones del balneario y no pasa día sin que los banquetes y bailes den tema a la crónica en “petit comité” y a la detallada de los diarios metropolitanos.

Las numerosas familias que veranean en Mar del Plata pasan allí momentos sumamente agradables. Casi todos los días se organizan paseos y excursiones a los parajes más bellos de aquella región. Los hoteles están repletos de aristocráticas familias. Los numerosos “chalets” y palacios particulares hállanse también ocupados por sus dueños.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar