El sindicalismo, ayer y hoy


Osvaldo Bayer: Periodista y escritor.
Felipe Pigna: Historiador y realizador de documentales.

Primero va a empezar Felipe Pigna. El va a mostrar también partes de sus videos. Para que quede más explícito todavía, a través de la imagen se aprende mucho, y toda esta síntesis la va a hacer Felipe Pigna porque realmente esto ha revolucionado la enseñanza de la historia argentina con sus videos, principalmente para los alumnos, para los estudiantes pero también para todo los interesados en la historia argentina. Me interesa, me gusta mucho su síntesis muy pedagógica y además porque da pie para el debate, la gran discusión. Después yo voy a completar esto como le decía a Felipe, con una cosa carnal pero no de relaciones carnales sino de experiencias que he tenido con el movimiento obrero argentino. Dos aspectos que pueden ayudar, es decir el testimonio puede ayudar tal vez para la discusión por supuesto, pero también para comprender mejor ciertos aspectos principalmente para las nuevas generaciones. Es decir yo voy a hablar de mi experiencia como secretario general del sindicato de prensa a finales de los años 50 y también vamos a hablar de otros aspectos. Yo fui en mi adolescencia marinero timonel de los buques fluviales que iban al Paraguay e hice la famosa huelga marítima de 1950 en pleno primer gobierno de Perón y también quisiera darles mi experiencia en ese aspecto, qué hubo y cómo era el movimiento argentino en esa época. Bueno, vamos a empezar con Felipe Pigna sobre las ideologías del movimiento obrero.

Felipe Pigna: Bueno, buenos días. Vamos a ser sintéticos por el poco tiempo de que disponemos y vamos a empezar hablando un poco de lo que eran las ideologías del movimiento obrero en Europa después de 1848, cuando se produce la primera comuna de París y aparecen las dos grandes ideologías del movimiento obrero que van a ser el Socialismo y el Anarquismo y que se van a ver sobre todo reflejadas en La Primera Internacional que se reúne en Londres en 1864. Ahí aparecen claramente las tendencias del llamado «Socialismo Autoritario» y el Socialismo Utópico. De alguna manera, la doctrina anarquista representada por Proudhon y Bakunin, que hablaba de una sociedad sin ningún tipo de autoridad como su nombre lo indica: «anarquía» significa negación de toda autoridad. Y es interesante hablar de la utopía, porque la utopía tiene hoy en día un sentido negativo, como cuando uno dice utopía parece ser que estamos hablando de gente delirante, de gente que no concreta, de gente como desvalorizada. Y en realidad la función de la utopía es importante porque más allá de la llegada; lo importante de la utopía es el camino. Los teóricos utópicos sabían esto, es mas, la palabra utopía quiere decir «en ninguna parte». O sea que partimos de que sabemos que esto es muy difícil de lograr y casi imposible, pero en la lucha por conseguir este fin tan noble seguimos logrando cosas muy importantes. No habría ningún problema en calificar de utópico al anarquismo en este punto porque en cierta forma, por definición lo era. Esto de la igualdad entre los hombres, la no existencia de poderes, el combate contra la iglesia y el autoritarismo militar etc. Estamos siendo muy sintéticos pero poniendo la prioridad por supuesto en la acción sindical, en la cual la otra corriente que era el socialismo representado por Marx y Engels a partir del Manifiesto Comunista y de otros libros muy importantes, van a plantear otro sistema donde sí aparece una forma de gobierno e inclusive la aceptación de la participación en las elecciones parlamentarias de las burguesías europeas. Es decir, una cosa mucho más gradual y donde también se acepta la lucha sindical pero con otras características. En cuanto lo que nos interesa a nosotros, estas dos corrientes van a llegar a la Argentina a partir de la década del ’80 o un poco antes. Para ser más preciso, a partir del ’80 van a llegar por un lado los marxistas y por otro los anarquistas que se van a manifestar con mayor fuerza a partir de mediados del ’90 cuando aparezca por un lado el periódico «La Vanguardia» y se funde el partido socialista por Juan B. Junto. Por otra parte a partir de 1897, cuando aparezca «La Protesta Humana» que va a nuclear a los círculos anarquistas en la Argentina. El socialismo argentino es un socialismo absolutamente moderado. Fíjense ustedes que en el número uno de La Vanguardia dice: «somos los herederos de Smith, Ricardo y Marx» en ese orden , es un socialismo cargado de liberalismo muy moderado que acepta en cierta forma las reglas del juego del régimen en cuanto al fraude electoral y demas. Va a participar en elecciones donde funciona el fraude también. El anarquismo es un movimiento más frontal, digamos que por eso mismo va a tener más peso y más raigambre dentro del movimiento obrero argentino que va a estar constituido por inmigrantes. Recordemos que a partir de la frase de Alberdi «gobernar es poblar» comienza a fomentarse en la Argentina la inmigración, con el objetivo de traer mano de obra barata. Y si bien los teóricos liberales del ’80 pretendían que vengan acá anglosajones y gente con mentalidad industrialista, etc., el país no daba para esto porque el país era agroexportador a cuyas clases dirigentes lo único que le interesaba era explotar los campos y exportar vacas, cuero y trigo. Así que había una contradicción interesante entre la teoría y la práctica. Concretamente la mayoría de los que vinieron a la Argentina eran campesinos con problemas económicos serios y entre ellos algunos perseguidos políticos que van a ser los primeros en instalar en nuestro país estas teorías. Y decíamos que el anarquismo va a ser más fuerte en esta primera etapa, justamente por su discurso más directo, un poco más sencillo, más emotivo y también porque se dirigía al extranjero con muchos menos problemas porque, por ejemplo, el anarquismo no exigía la nacionalización de sus militantes como sí lo hacia el socialismo, porque el socialismo necesitaba tener gente nacionalizada para ser electa o elegir por su carácter partidario. El anarquismo, al no reconocer las patrias y las nacionalidades, era un movimiento que favorecía más la asimilación del extranjero. Es así que el anarquismo en la Argentina va a ser muy importante, va tener una gran presencia. Fíjense por ejemplo que a principios de la década del ’10 en la Argentina va a haber dos diarios anarquistas con una tirada superior a 10.000 ejemplares. Una época de alto analfabetismo, es decir, es muy importante el porcentaje de adhesión y de lectura de estos periódicos que implicaba la participación gremial. Y bueno, los primeros gremios fueron efectivamente fundados por esta corriente, vamos a ver acá algo el gremio de los panaderos, con la participación de dirigentes gremiales anarquistas muy importantes que pasaron por la Argentina como Gori, como Malatesta. Gente que dejo su semilla. Digamos, el anarquismo italiano por un lado, más todavía que el anarquismo español que va a ser un poco posterior su influencia. Les propongo ver un fragmento del video y seguimos conversando.

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Los Trusts controlaban todo el proceso de elaboración y distribución de determinado producto. El movimiento fue muy importante en los Estados Unidos, allí, el ejemplo más demostrable es el Trusa, es la Stein Oil Company Ohaio. Estas grandes empresas comienzan a aplicar una organización metódica del trabajo según los consejos de Frederick Stein, inventores de nuevos procedimientos tendientes a aumentar el rendimiento de los trabajadores. En ese tiempo se establece el método standard para la producción de una pieza en una cadena de montaje. A partir de allí el hombre se irá transformando en un engranaje de la maquinaria capitalista. Uno de los primeros, entre ellos, en incorporar el método de Tailor, es la Ford Motors Company. Estos fabricantes establecen la cadena de montaje de la cual saldrá los famosos Ford T. Henri Ford decía que cada obrero debería ganar lo suficiente para comprarse el suyo. Creía que la mejor defensa contra el comunismo era el bienestar de los trabajadores y su incorporación al sistema como consumidores propietarios. Una vez satisfechas las necesidades de los mercados internos, la mayorías de los países europeos se lanzan a la consolidación de los imperios coloniales dominando importantes regiones de Asia, África y América. Además del control territorial países como Inglaterra, desarrollan un nuevo modelo de dominación política basado en el manejo de países formalmente independientes. Esta dependencia económica termina naturalmente en dependencia política. La industrialización en las ciudades y la tecnificación del campo provocan un traslado de grandes masas de población hacia las zonas urbanas que se transforman en grandes del proletariado europeo. En su desarrollo se van a ir formando los sindicalistas y se irá conformando orgánicamente en la Primera Asociación Internacional de los trabajadores, que se reunirá en Londres en 1864. Allí quedan expuestas las diferencias entre los socialistas representados por Karl Marx y Frederick Engels y los anarquistas representados por Proudon y Bakunin. Las dos corrientes coinciden en la necesidad de derrotar a la burguesía para construir una nueva sociedad. Los marxistas plantean la creación de partidos obreros y le dan tanta importancia a la actividad política como a la sindical. Aún en el período de transición, este triunfo revolucionario y de construcción de una nueva sociedad al que llaman dictadura del proletariado. Los anarquistas por su parte priorizan la actividad sindical oponiéndose a los partidos políticos y a su consecuencia natural. Marxistas y anarquistas ejercen una importante influencia sobre el movimiento obrero y coinciden coyunturalmente en algunos episodios como la comuna de París en 1971. La Iglesia comenzó a mostrar su preocupación frente a los problemas sociales. El papa León XIII sienta las bases de la doctrina social de la Iglesia en 1891. El documento condena los excesos del liberalismo y exhorta a los católicos a formarse con los obreros. Decía León XIII «Se hace oportuno favorecer las sociedades artesanas y obreras que puestas bajo la tutela de la religión acostumbran a todos sus socios a permanecer contentos de su suerte y a soportar con dignidad la fatiga y a llevar una vida quieta y tranquila». En algunos países de bajo desarrollo urbano como Italia, tardó un poco en insertarse en el mercado laboral.

Felipe Pigna: Lo que acabamos de ver es reafirmar un poco lo que estabamos diciendo antes, con un agregado importante como para recordar los métodos de trabajo que se impusieron a partir del fin de siglo pasado y sobre todo, entrando en el siglo XX como lo son el Taylorismo y el Fordismo que tan bien reflejo Chaplin en la película Tiempos Modernos, donde el hombre estaba cada vez siendo más visualizado como una maquinaria, como un engranaje del sistema. Y contra esto es justamente que van a reaccionar las ideologías obreristas. Y fíjense Ustedes que es tal el auge obrero en Europa y en el mundo, que la Iglesia, que había quedado en una actitud absolutamente desfavorable a los poderosos históricamente, va a tener que empezar a preocuparse un poco por la cuestión social y ahí aparece esta encíclica Rerun Novarum que tiene un carácter inminentemente conservador pero que en alguna manera invita a los capitalistas a tener cuidado, a no forzar demasiado la explotación porque esto puede terminar en rebeliones que no les convienen a nadie. Este era el panorama europeo que se va a trasladar a la Argentina en cuanto a las líneas del movimiento obrero. Vamos a ver ahora el segundo fragmento sobre qué modalidad asumen en la Argentina estas dos corrientes del movimiento obrero.

Audio del Video.

En 1896 Leandro N. Alem , decepcionado por los fracasos políticos y mezclado en la corrupción del régimen, decide suicidarse el 1° de junio. Habría que preguntarle entre otras razones a los fundadores de la Unión Cívica Radical, porqué en 1896 se suicidó. En esa conducción queda su sobrino Hipólito Yrigoyen quien mantiene una línea de la intransigencia revolucionaria. En 1896 en base a algunos grupos opositores el Dr. Juan Bautista Justo fundó el partido socialista. Sus cuadros son médicos, abogados, en su mayoría trabajadores especializados. Confían más en la acción parlamentaria que en la sindical. Luchan por la dignidad de los trabajadores y la jornada de 8 horas. Sin embargo su acción proselitista tiene algunas restricciones entre la masa inmigratoria imposibilitada de participar en política por su condición de extranjera. Estos sectores serán absorbidos por la corriente anarquista que se expresa a partir de 1897 a través del periódico La Protesta Humana. En sus filas había italianos, rusos y españoles. El marxismo vino a través de los primeros alemanes que llegaron perseguidos por la línea antisocialista de Bismark. Ellos comenzaron a llevar el marxismo en dos formas. Los que llaman la aristocracia del movimiento obrero, es decir los artesanos, los hombres ya capacitados en el manejo de máquinas eran más bien socialistas porque los anarquistas respondían a los trabajadores sin oficios: choferes, carreros, panaderos, etc., más bien gente de trabajo simple. La problemática se va desvirtuando y desde el problema de los malones indios tradicionales, hacia lo que pasan a ser cada vez más los malones rojos en la ciudad de Buenos Aires. De esos italianos que se burlan duramente de sus descendientes, aparte de otros itinerarios, fundamentalmente se van organizando en sindicatos y cuestionan desde el socialismo, desde el anarquismo y desde el primer radicalismo incluso. Es muy importante destacar el papel que cumple el movimiento anarquista. Es un movimiento muy plural en el que conviven tradiciones pacíficas con tradiciones violentas pero que impregnan con una visión muy libertaria de la vida política argentina hacia el período. Los anarquistas se enfrentan con los socialistas porque dicen que las reformas graduales y la acción parlamentaria son una traición a la clase obrera. La opción es una acción directa: la organización sindical y la huelga general. Sus objetivos son contundentes: hay que destruir esta sociedad injusta para construir una mejor, sin gobiernos y sin religiones. Los sindicatos también fueron centro de reunión y los sábados con las representaciones teatrales y también con las veladas donde iban los payadores criollos a cantar sus cantos ante capitalistas. Y otra de tipo español como las Verbenas de raigambre catalana y andaluza. En la cultura popular vestigios de la influencia anarquistas perduran hasta ahora. Los panaderos en su mayoría anarquistas bautizaron a las facturas con ironía: cañoncitos, bombas de crema, sacramentos, vigilantes y bolas de frailes.

Felipe Pigna: Esto demuestra la inteligencia y la manera de difundir ideas hasta los detalles menores y en este sentido los anarquistas eran un movimiento sumamente imaginativos. Fíjense que todavía hoy seguimos llamando las facturas en esos términos y es interesante ver la galerías de facturas que cada una tenia que ver con los enemigos del anarquismo, de lo que ellos se proponían. Es una manera de instalar en el lenguaje popular una ideología. La otra cuestión es la de los payadores que llevaban los cantos anticapitalistas al campo para los analfabetos y así difundir esa ideología. Hay algunos versos de payadores anarquistas que a ritmo de milonga contaban «La Conquista del Pan» de Kropotkin y «Dios y el Estado» de Bakunin y efectivamente es muy interesante escuchar estos versos hay algunas grabaciones que se han conservado de como transmitir libros complicados superiores de filosofía al lenguaje popular. También estaban en representaciones teatrales, los melodramas, los cuadros filodramáticos. Todos lo que tuviera que ver con difundir las ideas en un país con muy bajo porcentaje de alfabetismo y con gente con problemas de idioma por ser extranjeros. En un principio la oligarquía ve al anarquismo con simpatía. Hay un artículo de la Revista Caras y Caretas de 1898 donde dice los curiosos anarquistas. Ahora cuando el movimiento anarquista comienza a actuar y sobre todo cuando comienza a realizarse a comienzo de 1901 la primera central sindical que es la FOA, donde conviven anarquistas y socialistas por un tiempo corto y donde ya en 1902 aparece la primera huelga general, digamos que esa visión simpática de «curiosos» cambia por la represión violenta ilegalmente establecida que es la ley 4144 llamada «de residencia», redactada por un literato uruguayo radicado en Argentina, Don Miguel Cané, que ustedes pueden conocer por ese libro que leíamos en la secundaria llamado Juvenilla. Lamentablemente, Cané no es recordado por toda su obra. Esta parte de la obra de Cané no aparece tan difundida. Esta ley de residencia que es totalmente represiva y que estuvo vigente en el país hasta 1958, fíjense ustedes ¡que duración! permitía la expulsión de los extranjeros llamados indeseables, es un término no muy preciso pero a lo que se refería era básicamente a los dirigentes anarquistas extranjeros en su mayoría y que permitía su expulsión del país. Lo grave de esto era que muchos de estos dirigentes habían venido acá perseguidos políticamente, o sea que cuando los expulsaban a su país de origen llegan allá y los fusilan directamente, hay una anécdota a chiquita interesante que los anarquistas crearon una flotilla de barquitos llamada La Libertaria que rescataban a los compañeros que se tiraban al mar rumbo a Uruguay cuando salían de acá y los salvaba a aquellos que iban llevado por la ley de Residencia. Digamos que la combatividad y la resistencia van creciendo y para 1904 hay otra huelga, en 1905 hay otra huelga y la adhesión de la gente es importante y la combatividad del anarquismo a ir increscendo y va a durar aproximadamente hasta 1914 con otras apariciones esporádicas. En 1904 se produce un hecho muy importante dentro del panorama del movimiento obrero que es la llegada a la Cámara de Diputados de Alfredo Palacios, es el primer diputado socialista de América. En minoría por supuesto pero por lo menos una vos que hizo aprobar algunas leyes importantes como el descanso dominical, la ley de silla, etc., en fin, cosas que la oligarquía fue aceptando de alguna manera para ir cediendo algo. Ahora vamos a ver otro fragmento del video, es el último que vamos a ver y se refiere a dos o tres hechos que tienen que ver con la acción gremial en las calles del anarquismo como la huelga de inquilinos, la semana roja y el atentado al Coronel Falcón.

Audio del video.

En 1907 se produce un hecho inédito en la historia de las luchas populares de la República Argentina, la huelga de inquilinos. Los dirigentes de los conventillos de Buenos Aires, Rosario, La Plata y Bahía Blanca deciden no pagar los alquileres frente al aumento desmedido aplicado por los propietarios. Las protestas obedecen, además al descontento por las pésimas condiciones de vida en los inquilinatos. Los protagonistas de estos jornales son las mujeres y los niños que organizan multitudinarias marchas con las escobas con las que se proponen barrer la injusticia. La represión no se hizo esperar y comienzan los desalojos. En la Capital Federal estuvieron a cargo del jefe de policía Coronel Ramón Lorenzo Falcón quién desalojó a las familias obreras en las madrugadas del crudo invierno de 1907 con la ayuda del cuerpo de bomberos. En el gremio de los carreros se encuentran a disposición de los desalojados para trasladar a las familias a los campamentos organizados por los sindicatos anarquistas. Si bien los anarquistas no logran su objetivo, este movimiento represento un llamado de atención sobre las dramáticas condiciones de vida de la mayoría de la población.

Mientras tanto, la oligarquía a la que le gustaba llamarse alta sociedad indiferente a estos problemas ocupa su excesivo tiempo entre los partidos de polo, juego de canasta, los botes en Palermo, las caminatas por Florida y la lectura de diarios y revistas europeas. Lejos de las chusma disfrutan de un bienestar que consideran les pertenece por derecho natural. Es la época de los paseos en globos que Jorge y Eduardo Newvery impone en Buenos Aires. Algunos como los Anchorena, según cuenta el diario La Nación, durante sus viajes a Europa arrojan sus vajillas de oro al mar probablemente desde las cubiertas de los grandes transatlánticos. Se los ve muy distinguidos en las playas del Mar del Plata los franceses dirán » rico como un argentino». La Argentina se convierte en el país que más cereales exporta en todo el planeta. Ya somos el granero del mundo.

El primero de mayo de 1909 los grupos anarquistas y socialistas deciden conmemorar, en reuniones separadas, el día del Trabajo. Los socialistas lo hacen en Constitución y los anarquistas a pocos metros del Congreso. Desde horas tempranas comenzaron a llegar las familias obreras con banderas rojas y negras dispuestas a homenajear los mártires de Chicago ahorcados años atrás por reclamar jornadas de ocho horas. Protestan por la desocupación, los bajos salarios y la indiferencia del gobierno. Van tomando la palabras encendidos oradores, hombres y mujeres que invitan a la rebelión y a organizarse para cambiar la sociedad. Observa atentamente la reunión el Coronel Ramón Lorenzo El Coronel Falcón es un paradigma del gobierno represor tanto es así que es la persona que tiene más estatuas en la ciudad de Buenos Aires. Aparte de la placa que tiene en la calle Callao y Quintana hay en el bajo Callao una estatua dedicada a Falcón. Frente a la cafetería La Biela hay otra estatua. Al fondo de la Av. Ramón Falcón hay otra estatua y entiendo que en el interior de la escuela de policía de Falcón y José María Moreno hay otra. Enfrente de este personaje está Simón Radowitzky. Simón Radowitzky es autor de ese acto retumbante de la esquina de Callao y Quintana. Simón Radowitzky era un anarquista proveniente de Odessa que tenia 17 años, como dice un libro de Osvaldo Bayer «como anarquista justiciero se encarga de meterle una bomba al Coronel Falcón. Tiene su momento de gloria. Radowitzky es apresado en esa circunstancia va a ser fusilado pero tiene un tío rabino que demuestra que no tiene 18 años. Con ese motivo de acuerdo al Código Penal de entonces es enviado al sur, a Usuahia. Tras el atentado, el Gobierno declara el estado de sitio y detiene a dirigentes obreros. Los jóvenes de la oligarquía al grito de «viva la patria» atacan e incendian locales obreros y las imprentas de La protesta y La Vanguardia. En mayo de 1910 la oligarquía celebra el centenario de la Revolución de Mayo. Se organizan grandes desfiles y una exposición universal. La famosa bailarina Isadora Duncan baila el Himno Nacional con la bandera argentina por todo vestuario. Se envía invitaciones a todos los reyes y gobernantes del mundo occidental pero sólo acepta el convite la Infanta Isabel de España. La clase dirigente quiere exhibir los avances del granero del mundo. El movimiento obrero advierte la gran trascendencia de los festejos y aprovecha la repercusión en la prensa internacional para dar a conocer la real situación de los habitantes del país. La fuerza anarquista lanza una huelga general para la semana de mayo y organiza una manifestación que reúne sesenta mil personas frente a la penitenciaria de la calle Las Heras. Piden la libertad de los presos sociales entre ellos, Simón Radowitzky. El gobierno de Alcorta decreta nuevamente el estado de sitio y sanciona la ley de defensa social que limitaba seriamente la actividad sindical. Otra vez grupo nacionalistas que actúan con total impunidad atacan locales y bibliotecas obreras las que enseñan el circo de Frank Brown. El gran payaso norteamericano había instalado su carpa en Florida y Paraguay. Los Pitucos decían que la carpa afeaba la ciudad y que llevaba a esa zona elegante gente indeseable. Es que Frank abría su circo a todas las clases sociales y no cobraba entrada a los niños pobres. El fuego patriótico arraso también con la alegría infantil.

Felipe Pigna: Bueno, esta sería la etapa heroica del movimiento obrero que como Ustedes vieron tuvo distintas alternativas inclusive el acto de Radowitzky que tuvo una gran trascendencia y que fue motivo de lucha por la libertad de Simón durante muchos años hasta que se logró en 1930, poco antes del golpe de Uriburu. Con muchos avarates en el medio, huelgas, pedidos de libertad y demás. El último de estos episodios fue la Semana Trágica en 1919, un poco eco de los sucesos de la revolución rusa que había tenido que había tenido influencia y repercusión en todo el mundo y también en la Argentina. Fue un movimiento que se originó en un taller metalúrgico en Buenos Aires que terminó siendo la gran huelga general donde el gobierno radical de Irigoyen terminó en una actitud un tanto confusa según dicen los historiadores radicales. No tiene demasiado de confusión, simplemente le dio vía libre a las bandas armadas de la oligarquía llamada Liga Patriótica Argentina por un lado y convocó a las Fuerzas Armadas a reprimir en la Capital Federal. La cifra de muertos es imprecisa todavía hoy, fue altísima y una enorme cantidad de detenidos, se puede decir que ese fue el último gran hecho del anarquismo junto con las huelgas patogénicas que también contó Osvaldo en su libro y que están en la película La Patagonia Rebelde. Esos fueron los dos últimos hechos de la llamada «etapa heroica» del movimiento obrero. Se habían producido cambios importantes en la modalidad de producción. Había empezado a aparecer la gran fabrica por lo cual por las características de los obreros anarquistas más vinculados a la actividad artesana-manual, etc. Se va imponiendo cada vez más la corriente socialista dentro del movimiento obrero que aceptaba diferencia entre los trabajadores por su calificación y aceptaba el tema de las reformas graduales, la negociación con los gobiernos de turno. Esto va a ir implicando una decadencia en el anarquismo además de la violenta persecución que sufrió el anarquismo, expulsión de sus dirigentes, cárcel, etc. y comienza una etapa más protagonizada por el socialismo y la aparición de nuevas corrientes como por ejemplo el comunismo también. Esta etapa de ascenso va a tener un violento corte en 1930 cuando se produjo el golpe de estado del General Uriburu. Un golpe de estado sumamente represivo. Es interesante acotar que cuando se produce el golpe, ahí nomás se crea la CGT con un intento de unificación del movimiento obrero formada por las corrientes básicamente socialistas y con una corriente nueva que había ido evolucionando partir de la década del ’10 que era la corriente sindicalista revolucionaria. Una corriente que admitía la negociación con el Estado, que aceptaba también la reformas graduales y así va a ser la CGT en 1930. Pero el movimiento obrero va a ser duramente reprimido, aparece la sección orden social de la policía a cargo del comisario Leopoldo Lugones (H), verdadero hijo de su padre Leopoldo Lugones, inventor de la picana eléctrica, entre otras cosas que ha tenido una gran difusión en nuestra historia. Y esta organización policial se va a encargar de perseguir los sindicalistas opositores, los dirigentes políticos de la oposición. Vamos a tener fusilados como el caso de Penina en Rosario, el caso de Di Giovanni en Buenos Aires. Toda la primera parte, el primer lustro podemos decir que es una época de muy escasa actividad sindical porque como sabemos las etapas de gran desocupación son momentos de gran movilización, gran movilización social. Recién a partir del ’35 se va recuperando el movimiento obrero con la huelga de la construcción, de la carne y demás pero se esta produciendo un fenómeno interesante que es un recambio de su composición. A partir de la crisis del 30, con la crisis del campo y el auge de la industria en las ciudades comienza a producirse las inmigraciones internas lo cual va a provocar una diferenciación en la composición del movimiento obrero. Aparecen los llamados obreros nuevos, son los obreros que van llegando a la ciudad con ideologías distintas con una mentalidad más nacionalista, más católica, más conservadora si se quiere que van a tener diferencias con el movimiento obrero preexistente de que podemos denominar obreros viejos y esto va generando una etapa de confusión y de cierta nómina del movimiento obrero que se va a definir a partir de 1943 cuando se produzca la revolución del 4 de julio y aparezca en escena el coronel Perón con su propuesta política y su desempeño en la Secretaría de Trabajo y Previsión. El golpe del ’43 es un golpe sumamente represivo con el movimiento obrero en principio el movimiento obrero existente, clausura la CGT vinculada a los comunistas y cierra muchos gremios por un lado y por otra parte va generando la aparición de gremios paralelos, sindicatos paralelos que tenían que ver con la adhesión política del nuevo gobierno y sobre todo a la figura del Coronel Perón. Así que hay por parte de Perón una estrategia que tiene diferentes características por un lado conciliación y por otro lado represión y por otro lado la creación de sindicatos paralelo con un importante poder económico y político que además capitalizando errores de los sindicatos de izquierda que aveces priorizaban más la atención de lo que estaba pasando en Europa, es decir la guerra más que lo que corría en el país, fueron captando importantes masas de trabajadores y esto fue generando un traspaso importante de, por un lado dirigentes y por el otro base social al nuevo movimiento sindical que de alguna manera va a explotar las jornadas del 17 de octubre de 1945. Estamos siendo sintéticos porque no tenemos tiempo. Hay un hecho importante a destacar y es que se conforma un partido eminentemente sindical que va a apoyar a Perón que es el partido Laborista. Que una vez que Perón tome el poder este partido va a entrar en contradicción, es decir lo va a hacer entrar a Perón en contradicciones porque Perón tiene una propuesta policlasista o sea de alianzas de clases en tanto que el partido laborista era un partido claramente sindical. Y una de las primeras medidas que va a tomar Perón cuando asume el poder es disolver el poder del partido laborista y cambiar la cúpula de la CGT y va a conformar un sindicalismo obediente al poder del Estado con la excusa, en un punto cierta, que el nuevo gobierno va a favorecer los intereses de los trabajadores y que por lo tanto no necesita un sindicalismo opositor en la cúpula de la CGT. Obviamente que el peronismo hace un mayor avance de los derechos del trabajador cosa que comienza el periodo que arranca en el ’43 cuando Perón tiene la facilidad de estar en un gobierno de facto y sancionar por decreto mucha legislación social de los socialistas que había quedado siempre muerta en las bancas y en los cajones del congreso. Ahí aparece la ley de jubilación, las vacaciones pagas, etc. Derechos sociales muy importantes que se van a ir consolidando durante la etapa peronista donde también aumenta notablemente la cantidad de gente sindicalizada. La CGT llega a tener cinco millones de afiliados siendo la central sindical más importante del mundo prácticamente. Y es interesante destacar que la forma de encuadramiento del peronismo era mucho más gremial que política. La gente participaba más del peronismo a través del sindicato que de los partidos políticos peronistas. Digamos e insistimos que la etapa peronista fue una etapa muy importante en el crecimiento del movimiento obrero, en el aprendizaje de sus derechos pero también fue una etapa donde el excesivo personalismo de Perón quizás hacia que la solución de los problemas gremiales se canalizaran más bien por decisiones de arriba y no por cuestiones más horizontales en tal caso como critica a este periodo tan importante que fue el peronismo. Lo que decíamos antes de la incorporación a través de los gremios queda demostrada cuando cae el peronismo y aparece la etapa denominada la resistencia peronista porque efectivamente el sindicalismo peronista va a asumir un doble rol: político y sindical. Es decir la oposición a la libertadora y los sucesivos gobiernos va a estar encarnada desde el sindicalismo también a nivel político. Ahí va a ver una acción de resistencia muy importante con huelgas, paros generales, etc. y de parte del gobierno de la revolución libertadora actos represivos muy notables como recordemos simplemente uno quizás el más conocido que fueron los fusilamientos del 9 de junio del ’56 entre otras cosas como cárceles y demás. Es interesante decir una cosita con respecto a esto porque la gente a veces marxistas a veces liberales a veces mezclas dicen que la gente era peronista porque le daban sidra y pan dulce nada mas. Entonces sería interesante recordar que durante el período que va del ’55 al ’73, los peronistas no recibieron absolutamente nada de todo esto. Recibían palos, cárceles, etc. y siguieron siendo peronistas lo cual hay que decir que el fenómeno es mucho más complejo que el simplismo de panza llena corazón contento. Es decir podemos hacer todos las críticas que queramos pero de un lugar un poco más serio que este de que la gente simplemente era peronista por esto. La pregunta sería ¿que le vio Perón a los peronistas durante los años de la resistencia? Estos años que fueron años muy importantes para lo que va a venir después fueron el momento de conformación del sindicalismo de la resistencia que tuvo dos vertientes que fue por un lado el participacionismo que fue encabezado por Vandor que creo un estilo sindical colaboracionista y más vinculado a los intereses empresarios y por el otro lado lo que se fue conformando como una corriente claramente combativa que va a tener su expresión en 1968 con el nacimiento de la CGT de los Argentinos y una corriente muy importante combativa que va a tener el exponente más notable creo yo, el sindicalista más notable de la historia reciente que fue Agustín Tosco en Córdoba del sindicato de Luz y Fuerza que organizaba La Manca y tantos otros. Este sindicalismo va a tener su explosión en las calles con esas jornadas de lucha que fueron El Cordobazo en mayo del ’69, donde es interesante destacar que no fue una jornada de protesta por bajos salarios porque los trabajadores eran los mejores pagos del país, sino que fue la jornada de protesta eminentemente política contra la dictadura de Onganía y que de hecho la hizo caer posteriormente con un año de diferencia pero fue, en cierta forma, el final de la dictadura de Onganía y el inicio de Lanusse y la transición hacia la democracia. Durante todo este periodo fue muy importante la acción de Perdón desde el exilio y todos las discusiones que se dieron acá y que no tenemos tiempo de ver ahora pero en cierta forma fueron perfilando una discusión interna entre los sectores netamente de izquierda del sindicalismo y los sectores peronistas que actúan en conjuntamente en alguna coyuntura. Todo esto fue llevando juntamente con la gran acción de los movimientos populares, los rocazos, los rosariazos, los cordobazos y la aparición de las organizaciones armadas como un movimiento más de presión apoyadas por Perón desde el exilio y con un interesante nivel de popularidad en ese momento inicial por lo menos a que vuelva la vida democrática y que el peronismo retorne al poder con el gobierno de Cámpora y ahí se produzca otro fenómeno que es la vuelta del peronismo con un peronismo muy distinto, muy fraccionado, muy dividido en sectores que podemos distinguir groseramente entre una derecha sindical y lopezreguistas y por el otro lado una izquierda peronista con sus sindicatos y con su sector sindical que era en aquel momento la JTP junto con otros gremios independientes que respondían a una tendencia más revolucionaria. Este enfrentamiento, en principio puramente verbal, que tuvo su expresión en Ezeiza ya mucho más seria armada y se va continuar en la violencia que se va a desencadenar a partir de ese momento y sobre todo después de la muerte de Perón con la aparición de grupos que ya existían durante en vida de Perón como la Triple A y finalmente digamos, donde se produce la retirada de López Rega bajo la presión popular en un último gran acto del sindicalismo que fue el Rodrigazo en el ’75 y va a aparecer de alguna manera este sindicalismo como el único y el último apoyo a Isabel y finalmente el golpe militar con todo lo que implicó la pérdida de cuadros sindicales y la perdida de la capacidad combativa para el pueblo argentino. Recordemos que la mayoría de los desaparecidos son trabajadores y hacia ahí apunto la dictadura. Uno de los primeros desaparecidos la madrugada del 24 de marzo fue justamente el dirigente de SMATA de Córdoba René Salamanca, como una especie de ejemplo hacia donde apuntaba la dictadura. La continuidad durante el régimen militar hubo de todo. Hubo gente que resistió, hubo colaboracionistas algunos de los cuales están hoy en el candelero sindical y fue importante en cierta forma la acción del sindicalismo de lo que fue, en aquel momento, la CGT Brasil para la transición democrática. Es muy triste ver hoy a Saúl Ubaldini votando la ley de flexibilización laboral pero bueno, es la realidad. Esta transición, simplemente estamos llegando a dar un pantallazo muy general, el sindicalismo tardíamente recordemos empezó a tener huelgas y paros en el momento de la dictadura militar cosa que va a ser bastante más diferente en el período democrático de Alfonsin, los 14 paros generales y todos eso. Eso quedaría para discutir mucho no es la ocasión quizás y que terminó en este sindicalismo que tenemos hoy y que podemos dividir en dos corrientes claramente: una corriente patronal sin ningún tipo de dudas que es la CGT oficial avaladora de esta ley y toda la situación vigente el modelo podemos decir. Y por otro lado distintas fracciones del sindicalismo verdaderamente opositor por sus matices que tienen cada vez menos capacidad de acción por el alto nivel de desocupación y por, de alguna manera, la imposición del modelo y un poco la disciplina del mercado que implica que hoy no haga falta la represión solamente sino que una de las principales medidas represivas que tiene una gran efectividad es esta situación y el miedo a perder el empleo. Han internalizado después de tanta muerte y ahora con el mercado, la auto-disciplina del mercado. Mejor me quedo tranquilo porque si me quedo fuera del sistema estoy perdido. Este es un poco en el punto en que nos encontramos donde hay mucho para hacer obviamente pero simplemente un diagnóstico y nada más. Bueno ahora dejamos a Osvaldo. Aplausos.

Osvaldo Bayer. Bueno, yo quiero ilustrar con mi experiencia esta larga síntesis o mejor dicho breve síntesis realizada aquí apoyadas con las ilustraciones del video. Es muy difícil realmente para el historiador analizar en forma objetiva nuestro movimiento obrero. Son muchas las diferencias que ha habido, ha sido multifacético, han sido muchos los pasos hacia atrás dados por el movimiento obrero. Es decir, anduvo siempre un poco del lado de los acontecimientos políticos. Los acontecimientos políticos, las traiciones de los hombres elegidos por el pueblo. Realmente los principios de la ética fueron tan grandes, acordémonos lo que siempre repito, Hipólito Yrigoyen elegido por el pueblo que hace las represiones más sangrientas en la historia Argentina con respecto al movimiento obrero, es decir antes del ’76 por supuesto, con la Semana Trágica y la Patagonia y que todavía hoy pese a esfuerzos de muchos que hemos entrevistado como a los secretarios generales, a los titulares del partido radical todavía no han hallado la oportunidad para hacer la autocrítica por lo menos de esas dos intervenciones verdaderamente criminales con la población del país. Y también el fenómeno del peronismo, el fenómeno del peronismo va a hacer algo que se va a seguir discutiendo. Yo me dediqué al estudio del movimiento obrero de principio de siglo y de la década de ’20 aunque fui en parte actor, un actor muy pequeño de los años 60 y de principio de los años 50 y tuve el contacto directo con el peronismo, con el peronismo en el gobierno y segundo, con el peronismo en la resistencia. Mi primera experiencia como obrero con el movimiento peronista fue en el año 50, como decíamos, yo participé de la huelga marítima contra Perón cuatro años después de que Perón había asumido como presidente. Todavía hoy me cuesta asumir esa vivencia, fue una huelga realmente muy a fondo. Fue organizada por la CGM. Era la confederación general de obreros marítimos no intervenían los portuarios y se notaba claramente, todavía en ese año 50, que estaban los rastros profundos del anarquismo y el socialismo. Sin esa memoria anarquista y socialista no se podría haber realizado esa huelga. También ese año se hará una importante huelga ferroviaria contra Perón y después, un año posterior, la huelga de los portuarios que se negaban a que se les descontaran un porcentaje de sus sueldos para la Fundación Eva Perón. La huelga marítima del ’50 en la cual yo intervine, la CGM la hacía porque no quería pasar a depender de la CGT. La CGT era la central peronista. La CGM tenía un esquema libertario socialista pero también cuyo funcionario sindical de esta parte del sindicalismo poco conocida actualmente que era el denominado el sindicalismo revolucionario que en sí no tenía nada de revolucionario y que ya en la década del ’30 hizo de los dirigentes sindicales una especie de funcionarios de los sindicatos. Yo cuando en mi exilio tuve muchos contactos con las centrales de los obreros alemanes que son todos social-demócratas hasta su forma de hablar, su forma de vestir y su impecable traje y corbata me hacían acordar estos sindicalistas de hoy de la social-democracia alemana con aquellos sindicalistas denominados revolucionarios de la década del ’30, es decir de antes de Perón. La huelga la resolvimos por una asamblea general, una asamblea diría yo heroica porque se hizo con mucha represión. Primero en cada barco, yo era timonel del barco Madrid e hicimos la asamblea en cada uno de los barcos. El vapor Madrid por unanimidad decidió ir a la huelga y después se hizo la asamblea general también. El paro fue a fondo, se paró la flota de mar, por ejemplo los emigrantes que eran los que traían inmigrantes de después de la guerra de Italia, España y de otros países. Esos se logró para casi todos. Era la flota mercante del Estado que en gran parte era vigilada por la marina de guerra y nosotros éramos de Dodero y como digo se logró parar casi todos los barcos menos el vapor Madrid. Para mí fue un hecho casi trágico de que en el barco Madrid comenzamos el viaje por el Río de la Plata y se hablo de comenzar el paro en la ciudad de Rosario se hizo una asamblea muy rápida por parte de los capataces y se decidió, al grito de «viva Perón» se decidió no hacer la huelga. Yo me opuse y fui desembarcado en Rosario, fui el único tripulante que hizo la huelga en el vapor Madrid. Me acuerdo que fui desembarcado por la noche y fui mantenido en el local de prefectura donde justamente estaba el retrato de Perón. Se me rompió en forma muy despaciosa mi libreta de embarco, se la tiró al suelo y el sub-prefecto me dijo que yo nunca más iba a navegar en los buques de la patria como me dijo así y tuvo razón. Nunca más pude navegar. Pero la experiencia de eso fue que realmente si bien había sido corrupta la decisión de la tripulación del vapor Madrid de continuar con el paro, realmente todos los tripulantes eran peronistas. En los tripulantes no había ninguno de los viejos cuños de anarquistas o socialistas porque casi todos eran criollos y casi todos venidos de Corrientes. Un poco habían conocido, habían entrado en el sindicalismo. Toda esa gente a través del peronismo. Es decir ese concepto de clase de venir a esa Buenos Aires peronista. De sentirse también partícipe de la nueva clase, de sentirse importante protagonista de la historia obrera, se debían sin ninguna duda a ese 17 de octubre del ’45. Entonces era muy, muy difícil en base a los ideales libertarios, en base a los ideales socialistas, en base a toda esa tradición que teníamos y que vimos hoy. Es decir de tratar de imponerse o de imponer una opinión diríamos en aquel tiempo «racional» contra esa cosa de corazón o sentimental que tenia esa nueva clase del Interior que había llegado a Buenos Aires y se sentía protagonista. Para mí fue realmente muy triste porque además había otras experiencias. Yo no podía olvidar, es decir hay dos cosas de los de nuestra generación con los de una generación intermedia.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar