El Imperio Otomano


Autor: Felipe Pigna.

Tras las invasiones mongoles, Anatolia (actual Turquía) había quedado dividida en numerosos principados. Desde uno de ellos, el de los Otomanos (llamado así por su fundador Othman u Osman) surgirá uno de los imperios más notables de la historia, que pondrá fin a la cultura bizantina tomando Constantinopla en 1453.

¿Cómo era su organización social? 
Los súbditos estaban divididos en dos órdenes: los askeri y los reaya. Los primeros participaban del gobierno, del ejército y del sacerdocio; los reaya se dedicaban a las tareas productivas, eran los campesinos, artesanos y comerciantes, y representaban la mayor parte de la población. A través del sistema llamado timar, los askeri eran autorizados a percibir los impuestos pagados por los reaya en uno o más distritos del imperio.

¿Cómo era su organización política? 
El palacio imperial se componía de dos partes: una interna, que era la residencia particular del sultán (máxima autoridad política, especie de rey), y otra externa que era la sede del gobierno central. El gran visir (una especie de primer ministro) y sus colaboradores ejercían allí sus funciones administrativas y también allí se realizaban las sesiones del diván, consejo imperial presidido por el gran visir, delegado personal del soberano. Generalmente el cargo de gran visir lo ejercía el hijo mayor del sultán.

La administración territorial 
Debido a la extensión del imperio, en el siglo XIV se impuso la formación de provincias, regidas por gobernadores llamados pachás, delegados del poder central que eran a su vez jefes militares.

Un ejército poderoso 
El Imperio Otomano tenía un poderoso ejército permanente compuesto por centenares de unidades de infantería y caballería que estaban bajo las órdenes directas del sultán. Desde el 1400 los turcos reclutaron a artesanos húngaros y germanos expertos en la fundición y construcción de cañones. A partir de entonces la artillería jugó un papel decisivo haciendo aun más temibles a las fuerzas otomanas.

La economía 
El poder del Imperio se basaba también en una sólida prosperidad económica. Cada año los turcos organizaban imponentes caravanas que transportaban desde La Meca especias de la India, seda, pedrerías y perlas de Persia. El imperio fue hasta 1453 el principal proveedor de Occidente de productos elaborados y materias primas, como alumbre, maderas, especias, alquitrán, fruta, seda, tapices, vajilla de cobre y algodón. Junto con el comercio, la actividad agrícola y la pesca eran muy importantes.

La religión 
El sultán controlaba todas las formas de la vida religiosa islámica, y llegó a imponer una especie de Iglesia del Estado. En todas partes se construyeron mezquitas y madrazas, escuelas de religión para la formación de sacerdotes. Las distintas tendencias del Islam, hasta entonces enfrentadas, fueron reunificadas para un mejor servicio del sultán y de la Guerra Santa (Yihad).

Un avance imparable 
A principios del siglo XIV los otomanos comenzaron su oleada de conquistas tomando zonas vitales del imperio Bizantino como Nicea y Brusa, plazas estratégicas y encrucijadas comerciales entre Oriente y Occidente. En Brusa instalaron su capital en 1326 y desde allí avanzaron hacia el Oriente.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar