El genocidio armenio, premeditado


El 24 de abril de 1915 cientos de armenios, entre ellos religiosos, intelectuales, profesionales y ciudadanos destacados, fueron arrestados y deportados hacia el interior del Imperio Otomano. Muchos fueron luego asesinados por orden de los líderes del Imperio. Ese día comenzó la puesta en marcha de un plan urdido con muchos años de antelación: el plan sistemático de exterminio del pueblo armenio.

Así, entre 1915 y 1923 más de un millón y medio de armenios fueron deportados y masacrados. Hasta ahora todos los dirigentes que gobernaron Turquía desde entonces han rechazado el término genocidio. Todavía hoy Turquía sostiene que se trató de una guerra civil, esgrimiendo como argumento los fuertes lazos que existían entre armenios y rusos.
Sin embargo, la “Cuestión armenia” era para los líderes del Imperio Otomano una preocupación de vital importancia. Ya a finales del siglo XIX, Grecia, Serbia, Rumania, Montenegro, Bulgaria y Moldavia habían alcanzado su autonomía, y los líderes del Imperio Otomano no estaban dispuestos a permitir un mayor desmembramiento. Así, entre 1894 y 1896 fueron asesinados más de 300.000 armenios. También en 1909 se produjo la masacre de Adaná, donde fueron asesinados entre 15.000 y 30.000 armenios.

Compartimos aquí las escalofriantes palabras de Nazim Fehti, secretario general del Comité de Unión y Progreso (CUP), que en 1910, cinco años antes del comienzo del genocidio, llamaba a abstenerse de la conciencia y de los sentimientos humanitarios para aniquilar al pueblo armenio. Además proponía sin tapujos: “Las riquezas de los armenios pasarán a ser propiedad del gobierno turco”.

En agosto de 1939, poco antes de invadir Polonia, Hitler recordaba con frialdad: “Después de todo, ¿quién habla hoy del aniquilamiento de los armenios?” Tal vez sea esta una de las claves de la necesidad de recordar y repudiar este capítulo vergonzoso de la historia de la humanidad, para que su olvido no sirva de inspiración y no pueda ser funcional a algún tirano de turno y para recordar a las víctimas de un pueblo diezmado por un odio incomprensible.

Fuente: Doctor Nazim Fehti, secretario general del CUP. Declaración aprobada por unanimidad en el Congreso de Salónica desde el 31 de agosto hasta el 14 de septiembre de 1910, citado por Pascual Ohanian, Turquía, Estado genocida (1915-1923), Buenos Aires, Akian, 1986; en Súlim Granovsky, El genocidio silenciado. Holocausto del pueblo armenio, Buenos Aires, Ediciones Continente, 2014, pág. 85.

“Propongo al Congreso el exterminio total de los armenios del Imperio otomano; es necesario aniquilarlos. Para llevar a cabo este propósito hay que actuar, frente a todas las dificultades, absueltos de conciencia, de sentimientos de humanidad, pues la cuestión no es de conciencia ni de sentimientos humanitarios: es sólo de índole política, íntimamente vinculado con el beneficio y futuro de Turquía.
Así terminará inmediatamente la Cuestión Armenia.
El gobierno turco se liberará de la intromisión extranjera en sus asuntos internos.
El país se desembarazará de la raza armenia y así brindará un amplio campo a los turcos.
Las riquezas de los armenios pasarán a ser propiedad del gobierno turco.
Anatolia será territorio habitado exclusivamente por turcos.
Se aplastará el obstáculo más importante para el logro del ideal panturánico.”

 

Nazim Fehti, secretario general del CUP. Declaración aprobada por unanimidad en el Congreso de Salónica desde el 31 de agosto hasta el 14 de septiembre de 1910.