Belgrano y las clases sociales


Antes de morir, Manuel Belgrano escribió su autobiografía -según confesó- no sólo para que fuera útil a sus paisanos, sino también para “ponerme a cubierto de la maledicencia”. Y es que no pocos enemigos se había ganado este criollo a lo largo de las luchas independentistas.

Nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, con el verdadero nombre de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, estudia en el Colegio Real San Carlos (hoy Nacional de Buenos Aires), para luego trasladarse a Valladolid, junto a su hermano, para estudiar leyes. A su regreso a Buenos Aires, con apenas 23 años y recibido de abogado, asumió las tareas de secretario en el consulado porteño.

Interesado en que el consulado ofreciera cursos educativos en varias materias, las invasiones inglesas lo incorporaron de lleno en la cuestión militar y política. Desde entonces y por largos años participaría en batallas, debates, disputas y la gestión de una nueva realidad que nacía.

Recordado como creador de la bandera, ingeniero del “éxodo jujeño”, comandante del Ejército del Norte y por haber destinado los 40 mil pesos oro de premios en la construcción de escuelas en las provincias del norte (que nunca se hicieron), Belgrano murió en la pobreza total, el 20 de junio de 1820, atacado por una agobiante enfermedad. “Pienso en la eternidad, adonde voy, y en la tierra querida que dejo…”, comentó antes de morir.

En el aniversario de su fallecimiento, recordamos las palabras de Belgrano sobre la relación establecida entre propietarios de la tierra y los trabajadores.

Fuente: Manuel Belgrano, La Gaceta de Buenos Aires, 1º de septiembre de 1813.

«Se han elevado entre los hombres dos clases muy distintas; la una dispone de los frutos de la tierra; la otra es llamada solamente a ayudar por su trabajo en la reproducción anual de estos frutos y riquezas o a desplegar su industria para ofrecer a los propietarios comodidades y objetos de lujo a cambio de lo que les sobra. El imperio de la propiedad es el que reduce a la mayor parte de los hombres a lo más estrechamente necesario.»

 

Manuel Belgrano

Fuente: www.elhistoriador.com.ar