Alfredo Palacios sobre la soberanía de las Islas Malvinas


El gobierno bonaerense tomó posesión de las Islas Malvinas el 6 noviembre 1820. Nueve años más tarde, el 10 junio de 1829, la gobernación organizó por decreto su comandancia militar. El decreto establecía que tanto las Malvinas como las islas adyacentes al Cabo de Hornos serían regidas por un co-mandante político y militar, que haría observar en las islas las leyes de la Re-pública. El gobernador fue Luis Vernet, un comerciante nacido en Hamburgo que partió con una veintena de colonos ingleses y alemanes, y un derecho para usufructuar el ganado de las islas, otorgado por una vieja deuda. La caza de ballenas era la actividad central y en torno al derecho de su práctica, en 1831, surgió un conflicto militar con Estados Unidos, que negaba a las Pro-vincias Unidas el derecho a reglamentar dicha pesca. Intromisión de la diplo-macia británica de por medio, la marina estadounidense invadió las islas. En septiembre de 1832, zarpó desde Buenos Aires el buque de guerra Sarandí, al mando de José María Pinedo. Llevaba al nuevo gobernador interino, sargento mayor de artillería Esteban Mestivier y las órdenes de restablecer el orden. Llegaron a las islas el 1º octubre 1832 y cumplieron su misión, pero sólo temporalmente. Apenas algunos meses más tarde, el 2 de enero 1833, una fragata inglesa ocupó las islas. Desde entonces, en términos generales, el país reclama su soberanía por los carriles de la negociación, exceptuando la guerra de 1982. En esta oportunidad, recordamos las palabras del legislador socialista Alfredo Palacios, argumentación que tiene una notable actualidad. En los últimos años, los gobiernos argentinos han insistido en el carácter colonialista que mantiene la ocupación británica, mientras reafirman en foros internacionales la necesidad de cumplir con el mandato de las Naciones Uni-das, que el país europeo viola sistemáticamente.

Fuente: Alfredo Palacios, Las Islas Malvinas, Buenos Aires, Editorial Claridad, 1934.

«El derecho de nuestra Argentina a la soberanía de las Malvinas es innegable. A pesar de ello, una de las naciones más poderosas del mundo, abusando de la fuerza, las mantiene en su poder. Es imperioso que el pueblo conozca su derecho. Los argentinos no hemos reverenciado nunca a la fuerza y a la riqueza, sino a la justicia. La justicia fue nuestra empresa. Nuestro país está destinado a iniciar una nueva orientación en la evolución social, que se fundamente en la colaboración y en la solidaridad para superar la competencia que muchas veces tiene carácter brutal; también en la exaltación de los valores humanos para lograr que se sobrepongan al poderío de las cosas. Se ha dicho que las naciones, como entes de razón, sólo se mueven a impulsos de intereses o de conveniencias nacionales: les falta el órgano del corazón y les sobra el instrumento del cálculo. Hay, sin embargo, una excepción en la historia. Es la Argentina.»

 

Alfredo Palacios

Fuente: www.elhistoriador.com.ar