Teórico del castrismo y niño mimado de la Revolución Cubana en sus primeros años, Régis Debray (París, 1940) escribió dos textos que no tardaron en convertirse en obras clásicas para las generaciones de militantes que adoptaron el camino de la lucha armada.
Debray viajó por primera vez a Cuba en el tumultuoso 1959 y dos años más tarde recorrió América Latina durante varios meses. Fruto de sus conversaciones con los comandantes del «primer territorio libre de América», y con los líderes guerrilleros de casi todo el continente, en 1963 dio a conocer El castrismo: la larga marcha de América Latina. Entre el 63 y el 65 repitió la experiencia y en 1966 regresó a La Habana, donde publicó al año siguiente ¿Revolución en la Revolución? , cuya tirada superó los 200.000 ejemplares.
En sus escritos, Debray sintetizó los fundamentos primales de una emergente práctica política, rescatando el axioma de Engels acerca de «la violencia como partera de la historia», y consagrando la dimensión voluntarista de las vanguardias revolucionarias. La teoría del «foco», como epicentro y motor de una inevitable multiplicación rebelde, encontró en sus páginas, pues, la dimensión de teoría y guía práctica, que hasta entonces se hallaba dispersa en la obra del Che Guevara, su principal mentor.
El lector sabrá sacar sus conclusiones, pero nos permitiremos aquí la licencia de hacer una breve advertencia sobre la lectura de estos textos que tuvieron un efecto orientador en sus jóvenes lectores: el predominio de un análisis «logístico» de las experiencias revolucionarias latinoamericanas, en detrimento del examen político-social de las mismas.
Así, las masas, aquel sujeto histórico siempre consagrado, quedan relegadas a soportes necesarios -inclusive imprescindibles- pero soportes al fin de un vanguardismo heroico que adoptó para sí la misión de despertar conciencias.
Textos polémicos y provocadores, invitan a la reflexión sobre una práctica política que aun aguarda su evaluación crítica.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar
