Hipólito Bouchard


Autor: Felipe Pigna

Hipólito Bouchard nació el 15 de enero de 1780 en Bormes, cerca de Saint Tropez (Francia). Desde muy pequeño se incorporó a la marina y en un barco francés llegó a Buenos Aires para quedarse en 1809, pocos meses antes del comienzo de la Revolución de Mayo.

Bouchard, un liberal francés, pronto comenzó a sentir una profunda simpatía por las ideas expresadas por el sector más radical de la Junta, liderado por Mariano Moreno, y puso sus conocimientos navales a disposición de la revolución. El gobierno lo nombró segundo comandante de la recientemente creada flota nacional.

El 2 de marzo de 1811, el Combate de San Nicolás de los Arroyos constituyó el bautismo de fuego de la nueva escuadra. Lamentablemente fue una derrota.

El 3 de febrero de 1813, otro bautismo de fuego, el del Regimiento de Granaderos a Caballo al mando de San Martín en San Lorenzo, encontrará nuevamente a Bouchard dispuesto a todo. Dice San Martín en el parte de guerra: «una bandera que pongo en manos de V.E. y que arrancó con la vida del abanderado el oficial don Hipólito Bouchard».

San Martín tomará nota de la actuación del temerario francés y lo tendrá muy en cuenta a la hora de recomendárselo al almirante Guillermo Brown para hostigar a los españoles en el Pacífico y preparar de esa manera el asalto final sobre Lima.

En 1815, comenzó la campaña de guerra de corso dirigida por Brown, con la fragata «Hércules» y el bergantín «Santísima Trinidad» acompañado por la corbeta «Halcón» al mando de Bouchard.

Ya en octubre de 1815, pudieron apresar fragatas españolas y bloquear y atacar el puerto de El Callao. Siguieron viaje y atacaron las fortificaciones cercanas a Guayaquil. En 1816, volvieron a bloquear la entrada al puerto de El Callao y hundieron la fragata española Fuente Hermosa.

Pero la etapa más novelesca de la vida de Bouchard estaba por comenzar. Mitre la resumió de esta manera: «…Una campaña de dos años dando la vuelta al mundo en medio de continuos trabajos y peligros, una navegación de diez o doce mil millas por los más remotos mares de la tierra, en que se domina una sublevación, se sofoca un incendio a bordo, se impide el tráfico de esclavos en Madagascar, se derrota a piratas malayos en Macasar, se bloquea a Filipinas, anonadando su comercio y su marina de guerra, se domina parte de Oceanía imponiendo la ley, a sus más grandes reyes por la diplomacia o por la fuerza; en que se toma por asalto la capital de la Alta California, se derrama el espanto en las costas de México, se hace otro tanto en Centro América, se establecen bloqueos entre San Blas y Acapulco, se toma a viva fuerza el puerto de Realejo apresándose en este intervalo más de veinte piezas de artillería, rescatando un buque de guerra de la Nación y aprisionando o quemando como veinticinco buques enemigos…».

El 9 de julio de 1817, zarpó la fragata La Argentina -anteriormente una nave española llamada Consecuencia de la cual se habían apoderado- al mando del capitán Bouchard, desde la ensenada de Barragán para cumplir un crucero de corso, que habría de durar dos años.

Navegando por aguas del Atlántico Sur, llegó a Madagascar y frustró el embarco de esclavos que estaban a punto de concretar tres buques ingleses y uno francés.

La Argentina siguió navegando rumbo a las Filipinas para perjudicar el tráfico comercial de los buques españoles. Rechazaron el ataque de cinco buques piratas malayos.

En las islas Hawai, Bouchard se entrevistó con el rey Kamehameha y firmó un tratado haciéndole reconocer la Independencia Argentina, proclamada por el Congreso de Tucumán. El rey hawaiano gobernaba las islas hacía treinta años y los viajeros lo llamaban el Napoleón de la Polinesia. Había logrado formar una confederación de las islas hawaianas con capital en Karakakowa. Kamehameha le proveyó a Bouchard 100 marinos y le devolvió la goleta Chacabuco, capturada por sus hombres. La flota compuesta ahora por franceses argentinos y hawaianos, puso proa a California, y llegó a su capital, Monterrey, el 22 de julio de 1818. Tras duros combates, logró tomar el fuerte y hace flamear la bandera de Belgrano por seis días en California. Tras el ataque a Monterrey, las tropas de Bouchard arrasaron la misión de San Juan, Santa Bárbara y otros poblados españoles de alta y baja California. El 25 de enero de 1819, bloqueó el puerto de San Blas y atacó Acapulco de México. En Guatemala destruyó Sonsonate y capturó bergantines españoles. En Nicaragua, tomó Realejo, el principal puerto español en los mares de Sur, y se apoderó de cuatro buques españoles. Bajó hacia el Perú siguió hostigando las posiciones españolas sobre el Pacífico. Las naves de Bouchard llegaron el 9 de julio de 1819 al puerto de Valparaíso, justo a tiempo para integrarse a la flota que San Martín preparaba para tomar Lima.

La travesía de La Argentina había durado dos años. Durante ese tiempo, Bouchard y su gente sostuvieron trece combates navales, capturaron o destruyeron veintiséis buques y decomisaron la carga de cuatro barcos negreros –y liberaron a sus prisioneros- y de dos naves inglesas y una de los Estados Unidos.

Fuente: www.elhistoriador.com.ar